Corrupción
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Por: C.P. América Rojas Cruz | @AméricaRojas

 

En estos meses de confinamiento me he permitido observar fenómenos que están corrompiendo nuestra forma de vivir, y que son inadvertidos  por la cotidianidad y hasta la normalidad con la que se presentan, uno de ellos es el terrible fenómeno de la corrupción en mi país. Es por eso por lo que me hice la pregunta, ¿si la corrupción es parte de nuestra cultura, tendré que resignarme a ella?

 

Tengo recuerdos de mi niñez con mi padre, un maestro, luchador social y de causas, comentaba con mi madre, sobre algunas ocasiones que las autoridades educativas deseaban detener su lucha. Recuerdo muy bien una ocasión que le contó a mi madre que cierto personaje le había ofrecido una casa a cambio de dejar su liderazgo y su movimiento de lucha (la cual era pelear por los derechos del magisterio) y recuerdo que él le dijo clara y contundentemente a mi madre que había rechazado aquella oferta porque no iba a permitir dejarse “corromper”, en esos momento yo no comprendí, por la edad que tenía, lo que significaba esa palabra, pero si pude grabarme la determinación “no dejar corromper sus valores e ideales”. Eso aprendí y más grande comprendí que hablaba de Corrupción.

 

La corrupción es un fenómeno a nivel mundial, es importante distinguir qué es y de qué forma se manifiesta este fenómeno que no precisamente se refiere al efecto económico, ya que se da en diversas áreas de la vida cotidiana.

 

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Y para poder distinguir es necesario conocer el significado de la palabra Corrupción, a través de estas definiciones:

 

1.- La Secretaría de la Función Pública la define como: “el abuso del poder para beneficio propio. Puede clasificarse en corrupción a gran escala, menor y política, según la cantidad de fondos perdidos y el sector en el que se produzca.

2.- Corrupción es la acción y efecto de corromper, es decir, es el proceso de quebrar deliberadamente el orden del sistema, tanto ética como funcionalmente, para beneficio personal. Además de que el corrupto comete una acción ilegal, también presiona u obliga a otros a cometer tales actos.

3.- Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.

 

Por sus orígenes etimológicos, corrupción es una palabra que proviene del latín Corruptio, la cual se compone por un prefijo, un verbo y un sufijo. El prefijo “con” se traduce como unión o colaboración, el verbo “rumpere” significa partir, romper, hacer pedazos, destrozar estallar y el sufijo “tio” que indica una acción u efecto; por lo cual etimológicamente corrupción o corruptio, indica la acción o el efecto de romper o hacer pedazos una unión o colaboración.

 

En el sentido gramatical el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, establece como primera acepción de la palabra corrupción: Acción y efecto de corromper o corromperse. Por lo cual, lo anterior conlleva a consultar de igual forma el verbo corromper, el cual es definido como:  Alterar y trastocar la forma de algo; Echar a perder, depravar, dañar o pudrir algo; Sobornar; pervertir; etc.

 

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La corrupción  no es un acto que se atribuya solo al sector público, sino también a los individuos, ya que como ciudadanos estamos obligados a regirnos a través de leyes y normas legales y sociales que de igual forma regula nuestro comportamiento y proceder, sin embargo, resulta más notorio en el sector público debido al alcance de las funciones y manejo de recursos que de una u otra forma llevan a cabo los funcionarios públicos y se cree que por esa razón ellos tienen más posibilidad de aprovechar su cargo en beneficio personal, y no precisamente es así.

 

Un gran número de mexicanos hemos sido parte de un acto de corrupción, y tal vez te cuestionarás si has participado o no, porque normalmente cuando escuchamos hablar de “Corrupción” relacionamos esta palabra con recibir o dar dinero a alguien para recibir algo a cambio.

 

Normalmente cuando ocurre un acto de corrupción, es necesario que intervengan dos partes responsables, uno que genere el acto y otro que ceda y acepte ser parte de él, en ambos casos se obtiene un beneficio,  unos por gusto, ambición o codicia y otros por necesidad participan de la corrupción.  Existe una corrupción macro, que se da a nivel del estado, y una micro que se da a nivel cotidiano, en la que podemos estar sumergidos sin darnos cuenta conscientemente.

 

De una forma u otra, la corrupción suele existir en relaciones de poder entre las personas, sea en escala micro o macro, sea privada o pública.

 

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La CNDH en su estudio “Los derechos humanos y la corrupción en México” publicado en 2017,  establece que “Las relaciones de poder no se limitan al mundo de la política. Todos los ámbitos sociales donde existen jerarquías y/o recursos, tales como empresas, compañías, entes públicos, centros educativos o centros de reunión religiosa, pueden ser ocasión de actos de corrupción”.

 

En este sentido, en las relaciones interpersonales siempre existirá un factor de poder que intente controlar una situación, por lo que el concepto Corrupción está asociado al factor uso y abuso del poder, normalmente con la intensión de obtener un beneficio personal o para favorecer a alguien.

 

Así, cuando hablamos de corrupción es inevitable asociar la falta de valores, de ética, de profesionalismos, de integridad. Situaciones inherentes al ser humano en todas las esferas públicas y privadas donde se desenvuelva.

 

El marco legal mexicano estable diversas formas de manifestación de la corrupción, que van desde el nepotismo, soborno, colusión, abuso de poder, desviación de recursos, abuso de funciones, cohecho, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, entre otros y que son las noticias que ocupan las ocho columnas de los diarios.

 

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Estas formas son las más visibles, pero en el ámbito privado y cotidiano también existen formas que por su menor impacto no son frecuentemente denunciadas y por lo mismo pasan inadvertidas y poco sancionables en los diversos ámbitos:

 

A) Escolar

 

Algunas formas de corrupción en las escuelas se dan cuando algún profesor soborna a los directivos para ser contratados; para tener mayores horas de labores; tener horarios flexibles; utilizar recursos destinado a material escolar para gastos personales; no cumplir horarios de trabajo y cobrar; pago de nóminas fantasmas; pago para ser ascendido a un puesto de mayor nivel; malversación de las cuotas de padres de familia, etc. También cuando un alumno paga a algún profesor para no ser reprobado; para justificar inasistencias o poner calificaciones altas; ventas de recomendaciones para que un alumno sea admitido en una escuela superior, etc.

B) Laboral

 

Se da cuando los recursos asignados para el trabajo se utilizan en beneficio personal; cuando no se realizan los descuentos por retardos tras recibir un regalo o beneficio personal; cuando en horarios laborales realizan actividades de beneficio personal, etc.

 

C) Social

 

Comprar mercancía pirata; robar servicios públicos; usar la caja de ahorros o cesantías en asuntos diferentes a los estipulados; evadir impuestos, evitar una infracción; pagar por obtener un trámite o documentos de forma discrecional; dar regalos a un servidor público para obtener algo de él; ocupar y aprovecharse de los espacios que corresponden a personas con discapacidad, etc.

 

D) Familiar

 

Cuando algún familiar se adueña de un terreno de otro familiar con haber pagado a un juez; cuando se ponen propiedades obtenidas indebidamente a nombre de otro miembro de la familia para evadir impuestos, y ser rastreado por la autoridad; buscar el apoyo del amigo o hermano para obtener beneficios cuando otros tienen mayor mérito; nepotismo; robo; explotación infantil; trata, etc.

 

Pero ¿Cómo se origina la Corrupción?

 

Bien nos damos cuenta que la corrupción no es un tema solo de los asuntos públicos, en los privados y en las interacciones personales abundan actos que, por ser tan cotidianos, no se observan como corruptos o que erosionan la integridad de las personas, por ejemplo, hemos venido perdiendo la importancia de los valores que dan una formación al ser humano, y esto inicia en los hogares , en las familias, cuando acciones como el mentir, aunque sea una mentirilla inocente se convierte en un patrón de comportamiento para evitar el regaño, la corrección o la sanción.

 

De igual manera no se da importancia a formar en responsabilidad a los chicos, desde hacerse cargo de sus deberes como mantener ordenada su habitación, cumplir con sus labores escolares, cumplimiento de horarios y tareas básicas.

 

Palabras como compromiso, puntualidad y respeto caen en desuso cuando los adultos no somos testimonio o enviamos un mensaje equivocado a nuestras familias.

 

Así mismo, en la cultura nacional se permean creencia de que los caminos rápidos y fáciles son los mejores, y vaya que nuestros hijos los aprenden, al pasarnos el alto, al ganarle el asiento a alguien, comprar mercancía pirata o de dudosa procedencia, al quedarnos con el cambio, al tomar algo que no es nuestro y festejar que nadie se dio cuenta, etc.  Y ni que decir de los casos de éxito explosivo que se ven en películas, programas y hasta en la vida real, de quien amasa fortunas en la ilegalidad, la violencia, hasta el asesinato.

 

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Los dichos, muy comunes entre los mexicanos, demuestran una forma de pensar y una idiosincrasia y forman parte de nuestra herencia cultural a nuestras generaciones con frases como, “El que no transa no avanza”, “primero yo, luego yo y al último yo”, “que tanto es tantito”, “no me des, ponme donde hay”.  Y aquí podríamos justificar que la corrupción nos acompaña desde el origen del ser humano, si se entiende que el pecado original fue una desobediencia y un engaño, y que hasta en la Biblia se advirtió, “en el Arca abierta hasta la más justo peca” y que Judas vendió a Jesús por unas monedas.

 

La Corrupción es un tema cultural mas no genético, es decir la corrupción es un sistema que hemos construido entre todos o casi todos, y por ende la solución está en todos, en hacerse cargo de TODAS nuestras responsabilidades y hacer que los que nos siguen se hagan cargo de las suyas, desde pagar la multa, respetar las indicaciones de tránsito, respetar lugares de discapacitados, respetar la fila, etc.

 

Cuando hablamos de que es un tema cultural, hablamos de que son usos y costumbres que hemos hecho propios, a lo que nos hemos acostumbrado, y que en un acto de corrupción generalmente participan dos partes y por ende “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”

 

Ya es hora de hacernos cargo, de revertir el proceso, es hora de darle el peso específico a los Valores Humanos y devolverle la integridad a la interacción familiar, ya que, de ahí, de la familia, de la casa, surgen los bienes y los males que vive nuestra sociedad en todas sus escalas, con los costos económicos, sociales, políticos y culturales que actualmente estamos viviendo.

 

 

Acerca de la autora:

América Rojas Cruz ha colaborado con grupos de autoayuda para la atención de las adicciones y erradicación de la violencia infantil y de género; ha colaborado con Organizaciones pro defensa de los derechos de la mujer y los niños; es Coordinadora de AyudarTe, dedicada a la gestión de ayuda en favor de grupos vulnerables; es una convencida de que “solo tenemos una oportunidad para hacer un mundo mejor para todos y esa es Hoy”.

 

 

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