Ser social
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Por: Diego Figueroa | @oreugiFDiego

 

Poco a poco el ser social o la sociedad va tirando las mentiras que ante los hechos reales, el peso y valor verdadero de las cosas, salen a la luz. Por ejemplo, antiguamente, literal, la sociedad era eso, era una sociedad en donde todos los individuos partícipes del grupo se conocían y vivían en sociedad, empezando desde muy chicos.

 

Si alguno de ustedes recuerda, la gente vivía toda su vida en el mismo lugar, la mayoría conocía a sus vecinos prácticamente desde que nacían. En fiestas patronales, verbenas locales o fiestas de fin de año, todos los de la cuadra salían a convivir, todos los de la calle se reunían, compartían y hasta aledaños a nuestra calle, nos conocíamos unos a otros. Sabíamos quién era hijo de…, quienes eran primos, quiénes habían ido a la misma escuela, quiénes eran hermanos, quiénes estudiaban juntos, etc.

 

En la cuadra, los vecinos formaban parte de una extensa familia que si bien, no vivían bajo el mismo techo, compartían las mismas conductas, se utilizaban los mismos códigos y el ser social NO ERA DIGITAL, ni mucho menos era una virtud. Era saber convivir, era saber ser, era saber comunicar lo que uno quería o lo que uno pensaba. Saber cómo poderlo expresar “bien” se volvía parte del crecimiento del niño, era lo más normal.

 

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Menciono “del niño”, porque al menos desde los ocho años, ya teníamos que ir a la tienda solos, ya teníamos que armarnos de valor para salir y pedir. Al caminar por la calle teníamos que saludar, teníamos que responder a una serie de preguntas diversas sin previa práctica sobre nada. Si tuvimos la oportunidad (o quizá el castigo) de ir por las tortillas, de salir por el pollo o correr por el refresco de cola, era de rigor el estar parado y expuesto a una serie de preguntas que iban desde cuestionarnos por la familia hasta el por qué no íbamos a la escuela.

 

Los niños en su actuar, iban aprendiendo a modular sus palabras, a analizar su discurso y pensar “cuándo tenían que decir qué”. Poco a poco se formaban conductas tacitas en el niño y así, él podía entrar en sociedad. Lo sabía, sin más terapia de lenguaje o cita con algún especialista del pensamiento y la conducta, el niño sabía comunicarse.

 

El Vacío de la Tecnología.

 

Pero todo en esta vida avanza y esas salidas a la tienda de antaño no son más recurrentes. La sociedad ha ido cambiando y con ella, algunos vacíos comienzan a notarse. Gracias a la tecnología y sobre todo, gracias a las redes sociales ahora, los niños son incapaces siquiera de ir solos a la tienda y la dependencia a estar pegados a sus dispositivos móviles (ya sean tabletas o celulares) ha generado en ellos, esa pérdida de oportunidades de interactuar fuera del ámbito familiar.

 

La ironía del ejemplo es tan burda al escuchar a una madre de familia que enaltece y glorifica a su retoño diciendo que tiene 2mil seguidores o que sus videos tienen más de mil vistas, pero el pobre capullo está encerrado todo el día en su cuarto, es imposible que se exprese sin gritos. A los padres (incluso a la madre que vive para alabarle) los trata como sirvientes y claro, sin ni una habilidad social para relacionarse con sus pares en físico, pero claro, ante los ojos de la actual sociedad, es todo un nativo digital. Si uno se sienta a conversar con un niño de 11 ó 12 años, es una misión titánica que ellos, sin ayuda de ningún dispositivo digital puedan articular una cadena de palabras que los ayuden a expresarse.

 

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Pero el nuevo ser social, tiene dos mil seguidores. Es lo que verdaderamente importa al final del día. ¿Y el desarrollo social del niño?, !Naa! Eso ya es anticuado.

 

Según la madre en cuestión, el retoño tiene una habilidad impresionante para establecer vínculos sociales (obviamente en formatos digitales) pero sus habilidades orales en persona, salvo ejemplos monosilábicos, (me consta) no puede emitir más nada. Esa indefensa cría, me lleva a pensar que poco a poco la habilidad nata que en mi generación se tenía para comunicarse o simplemente – hablar – pareciera que está en riesgo de desaparecer.

 

La Evasión Social de las Redes Sociales.

 

Claro, el niño es capaz de hablar, porque físicamente tiene todos sus órganos para hacerlo, pero le es cada día más difícil. Claro, los adolescentes pueden socializar al estar todo el día entre pares, donde supuestamente manejan los mismos códigos, pero es evidente el aumento de casos relacionados con problemas de aislamiento, de depresión y de inseguridad entre ellos, como en generaciones pasadas no se veía.

 

Las Redes Sociales se han vuelto el espacio favorito para evadir la realidad. Siendo el lugar donde las nuevas generaciones van a esconderse, donde se refugian del presente y donde evaden la responsabilidad de ser sociales. Evaden lo que tienen y esconden lo que no les gusta, porque en sus redes sociales, son los más alegres, los más valientes, los más atractivos, las más bonitas, las más populares y son todo lo que en persona les da miedo luchar por ser.

 

Y es aquí donde las Redes Sociales cobran su fuerza, al alimentar el argumento de “hacer sentir bien a sus usuarios”. El complacerlos y ofrecerles ayuda para ser esa mejor persona que sueñan ser… Pero, amigos, esos ¿no eran los argumentos del Tabaco? No el abuso del alcohol producía lo mismo: relajamiento, seguridad y euforia. Hoy en día el uso de estupefacientes no produce lo mismo y en concreto, el abuso de sustancias tóxicas, no están precisamente reglamentadas por el mecanismo de evasión que generan en los usuarios.

 

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Si usted está medianamente de acuerdo conmigo, le pregunto: ¿Por qué no se supervisa y limita el uso de los dispositivos móviles? Y al contrario, pareciera cada día más común que entre más pequeño sea el niño, más dispositivos debe tener

 

Qué nos pasa como sociedad que, si estamos viendo el mal, si estamos leyendo los argumentos académicos de las consecuencias del uso temprano en niños y todos los factores contraproducentes en la atención y enfoque del adolescente, ¿por qué se sigue sin actuar?

 

Será que ya solo los de la vieja guardia pensamos en eso, será que estos focos rojos solamente los sexagenarios los vemos, quizá, el mundo es ya así. Es lo que es ahora y preocuparse por tonterías como “que el niño sepa socializar” es el único trabajo que nos queda a nosotros los viejos. 

 

Total, ya no son nuestros tiempos.

 

 

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2 comentarios en «El Nuevo Ser Social y sus Redes Sociales.»

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