China acusada de incompetencia ante Covid-19.

Presidente Trump apunta al país asiático como culpable de una “matanza mundial”.

Por:  M i s h e l l e   G a r b e r / Lic. en Relaciones Internacionales.

Desde los inicios de la presente pandemia por el virus del coronavirus (SARS-CoV-2), el mandatario estadounidense apostó por sobrellevar la crisis de una forma pacífica y desestimada; no obstante, hoy los Estados Unidos son el país con mayor número de muertos debido al virus contabilizando, hasta este miércoles, 91’938 decesos.

Debido a la intransigente estrategia de control de la epidemia, este país se encuentra al borde del colapso económico y es cuando el presidente Trump decidió atacar a la Organización Mundial de la Salud y al gobierno chino por la gestión de las medidas de prevención.

En su cuenta de Twitter, Trump ataca a China afirmando que la “incompetencia” de este país fue lo que provocó una “matanza mundial. Es debido a que las cosas en Estados Unidos se han salido de control pues es más notorio que sean otras gestiones las que se implementaron de forma incorrecta para prevenir el contagio.

Por otro lado, Trump criticó en un tuit el informe Chino de “un demente” en el que se establece la responsabilidad de la propagación a otros actores quienes fueron presuntamente culpables de administrar fallidas medidas; el mismo mandatario aseveró que se le debe explicar al “tonto” que la culpa la tiene China por la incompetencia de gestionar la situación.

Mientras se ha preocupado por encontrar y declarar un culpable de la propagación de la enfermedad, de defender su posición privilegiada en la sociedad internacional y de mantener el ideal de ser el hegemónico, se ha distraído de lo que podía suceder al interior de sus fronteras pues su ciudadanía se ha contagiado, su país se ha vuelto epicentro de la pandemia y su economía ha quedado peligrosamente al borde de la devastación.

Estados Unidos vive un momento de tensión por todos los frentes, pues desde la salud por culpa de la pandemia, lo económico a causa de la misma pues sucede debido al confinamiento; pero también es año electoral y la presión política ha puesto nerviosos a todos los miembros del partido republicano pues, de no cesar la ola de contagios y muertes, de no preverse buenas estrategias de restablecimiento de la economía en un plazo muy corto, se quedarán sin reelección y sin poder dirigir al Estado desde el despacho oval.

Desde que se desató el cataclismo epidémico en el territorio estadounidense, hasta el presente, la competencia de Trump se ha visto sobrepasada, disfuncional y puesta en duda por la ciudadanía pues de seguir culpando a actores externos en vez de  implementar medidas fehacientes y realmente funcionales y tras el número de muertes que se han generado, la ciudadanía comienza a mirar hacia la oposición demócrata que se cree será representada por Joe Biden, quién fue el Vicepresidente de Barack Obama y a quién se le atribuye el sobrenombre de “el estadista que Estados Unidos necesita” dado a su experiencia con el control del brote de ébola y para abordar la crisis financiera del 2008.

Además de todo eso, Trump continua con sus desesperadas acusaciones con el propósito de encubrir la mala administración de las medidas de prevención; aparentemente vencido por el miedo y la angustia de perder el poder, se le ha nublado la visión progresista y ha encaminado a la nación a una recesión económica que se pronostica como destructiva. En los últimos meses del gobierno y durante la presente situación de confinamiento, Trump tiene los días contados para lograr una cosa, ya sea descubrir al verdadero culpable del brote de Covid-19, o bien, generar en su nación un ánimo de esperanza tanto con la disminución de contagios y decesos, como con la presentación de estrategias de reestructuración económica.