Por: Ricardo Argos.
En la cámara de diputados fue aprobado el acuerdo para establecer las disposiciones aplicables a la reelección de diputadas y diputados federales. Acción con la que se pretende dar claridad a quienes opten por el derecho que les garantiza la constitución de la elección sucesiva.
En días pasados conocimos la postura del Instituto Nacional Electoral INE, donde el árbitro electoral manifestó que las diputadas y los diputados federales que opten por buscar la reelección a su curul deberían separarse del cargo al menos en los primeros días del mes de abril del 2021, lo cual significaría dejar de percibir la dieta y apoyos legislativos a los que cada representante tiene derecho en la cámara baja.
Aunque la reforma constitucional en la que se establece la posibilidad de la reelección para los legisladores, entre ellos obviamente las diputadas y los diputados federales, data de la reforma político electoral del año 2014, es hasta ahora cuando se establecen los acuerdos para determinar las disposiciones aplicables en estos supuestos, situación que mantenía en una laguna legal dicho procedimiento de reelección.
Aunque varios especialistas en derecho electoral y por supuesto en el conocimiento del derecho constitucional señalaban que la reelección podría llevarse a cabo sin la separación del cargo de los legisladores, esta situación carecía de una normatividad legal que lo regulara y que permitiera a todos conocer las reglas claras, y por consiguiente muy seguramente reclamar la garantía de su derecho en los tribunales.
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Ahora parece que al menos en lo que respecta para la reelección de diputadas y diputados federales, las reglas van quedando un poco más claras, aunque sin duda seguirán generando mucha polémica al respecto, por el simple hecho de que será la primera ocasión en la historia moderna de México en que se podrá acceder a la reelección de un cargo de elección popular.
La polémica no se ha hecho esperar, realmente el término reelección en la débil democracia mexicana trae a la mente de ciudadano común y corriente la idea de la frase utilizada por Francisco I. Madero en la que señalaba la ¡No a la reelección!, por significar algo malo o con tufo de dictadura, sin embargo, debemos tener en cuenta que en las democracias mas desarrolladas del mundo la reelección es utilizada desde ya hace varios años, con la firme intensión de provocar que sus representantes realicen un trabajo destacado, mismo que les permita volver a pedir el voto a sus electores.
Por otro lado, los números que deberemos recordar de dicho acuerdo aprobado el jueves pasado, son los 454 legisladores que votaron a favor, los cuales representan casi la totalidad de la cámara de diputados la cual está integrada por 500 representantes populares, la votación tuvo 4 votos en contra y 5 abstenciones, lo cual hace suponer que 37 diputadas o diputados no asistieron a dicha sesión sea por causa justificada o no.
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Y ¿Por qué les pido que recordemos estos números?, porque en la ya tradicional conferencia mañanera del presidente de la república, una reportera le cuestionaba sobre la determinación que habían tomado en la cámara de diputados sobre poder ser reelectos sin pedir licencia a su encargo, lo raro no es esto, sino la respuesta que dio el primer mandatario, muy a su estilo dijo que, “se debía dejar en claro que la reelección fue una reforma realizada en el periodo de los anteriores gobiernos”, “no fue la actual legislatura la que implementó la reelección” al verlo responder esto yo me quedaría con lo siguiente: “Excusatio non petita, accusatio manifesta”.
Pues una vez aclarado eso por el ciudadano presidente valdría la pena hacer las siguientes preguntas, ¿Quiénes son los que tuvieron la posibilidad de legislar las reglas para llevar a cabo dicha reelección?, ¿Acaso no fue el actual congreso que está conformado por una mayoría claramente afín a la famosa cuarta transformación? Los actuales legisladores pudieron haber determinado otro tipo de reglas que permitieran no dar la impresión de que se estaría abusando de las arcas del erario para realizar una precampaña claramente con desventajas para los demás aspirantes en sus distritos.
Aunque se prevén fiscalizaciones sobre los recursos recibidos para su labor como legisladores, queda claro que estos tendrán su lado controversial y que seguramente le permitirán realizar un uso discrecional de los mismos, por más que el ciudadano presidente se canse de decir que no son iguales a los de antes, muchos de los que participan activamente en política han dado muestras claras de que son igual o peor a los de antes.
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Volviendo al punto de los números de la votación resulta importante recordarlos e incluso para cada ciudadano conocer en que sentido voto su legislador que los representa en este momento, porque no dude usted en que habrá aquellos diputados en funciones que puedan llegar a utilizar en sus discurso político para reelegirse, temas como este de la reelección, o las reglas para tener un escenario mas parejo para todos los que aspiren, por ello será de suma importancia poder tener identificado a cada uno de los que regresarán a pedir su voto, para poder determinar, lo que han votado y en que sentido lo han votado, incluso el porque no asistieron a una sesión para manifestar su voto en caso de haber sido de los ausentes.
No vaya a ser que aquellos que hoy son mayoría en el congreso y que busquen reelegirse, o incluso hasta los que son minoría quieran seguir haciendo uso del discurso utilizado desde el mismo palacio nacional en el sentido de que fueron los anteriores, los perversos que nos tienen como estamos, y sí, no vengo aquí a defender a nadie, mucho menos a los anteriores gobiernos, ni a las anteriores legislaturas, pero me gustaría dejar una pregunta que quizá tengan muchos ciudadanos en su mente.
¿Por qué si ahora tienes la oportunidad de virar el timón del barco para corregir lo que se hizo mal antes, mantienes el rumbo y aceleras motores? No me gusta pensar mal, pero hasta aquí me quedo con la reflexión de hoy.
¡Es cuanto!
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