Consulta Popular
Spread the love

 

Por: Ricardo Argos

 

Como es sabido por todos el próximo 1 de agosto se llevará a cabo la Consulta Popular, con la que se pretende determinar si los expresidentes de la república podrían ser enjuiciados o no.

 

Aquí te dejamos la pregunta que aparecerá en la boleta que te entreguen el día que acudas con tu credencial de elector a participar en dicha consulta; claro si es que piensas participar, y si no, de todas formas, entérate qué se preguntará.

 

¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

 

Una vez leída la pregunta, las opciones que tendrás para seleccionar serán un SI, o un NO.

 

Retomemos un poco lo que se pregunta, el cuestionamiento pone a tu consideración, si es que estás o no de acuerdo el que se ejerza la acción judicial que corresponda de acuerdo con lo que señala la constitución y las leyes aplicables. Lo cual indica que tanto nuestra carta magna como las leyes secundarias permiten a la autoridad ejercer dichas acciones, sin necesidad de realizar la consulta.

 

La consulta popular pone a la autoridad en turno en una posición entrecomillada “cómoda”; ya que dejará en manos de las masas la decisión de ejecutar o no un acto al que se encuentra obligado por mandato constitucional.

 

Decía Sartori en su obra literaria “Homo Videns” lo siguiente:

 

El problema es que la democracia representativa ya no nos satisface, y por ello reclamamos más democracia, lo que quiere decir, en concreto, dosis crecientes de directismo, de democracia directa.

 

De modo que los referendos están aumentando y se convocan cada vez más a menudo, e incluso el gobierno de los sondeos acaba siendo, de hecho, una acción directa, un directismo, una presión desde abajo que interfiere profundamente en el problem solving, en la solución de los problemas.

 

De modo que la democracia se convierte en un sistema de gobierno en el que son los más incompetentes los que deciden. Es decir, un sistema de gobierno suicida.

 

Hasta aquí la cita que me parecía importante para el contexto que se analiza.

 

Cuando se habla de un contrato social entre gobierno y gobernado, en la actualidad me parece que deberíamos volver a revisar las cláusulas de éste, para exigir a nuestros gobernantes que cumplan con aquello a lo que se comprometen al momento de ser electos por nosotros.

 

Como lo dije anteriormente, me parece que el gobierno pretende dejar en manos de las masas, una decisión que seguramente no dejará conforme a ninguna de las dos partes; y de esa forma salir bien librados de cualquiera que sea la decisión que se tome con base en la consulta popular.

 

Suponiendo que la consulta popular no obtiene el mínimo de participación que se requiere para que sea de carácter obligatorio, (y que desde mi punto de vista es a lo que le apuestan ambas partes), el gobierno se libraría del inconveniente de colocar a sus antecesores en un lugar que no les gustaría ocupar una vez transcurrido su periodo de gobierno.

 

Podría interesarte: Democracia, Lozoya y una que otra falacia en México.

 

En este punto vale la pena hacer mención que la autoridad electoral no desplegará toda la maquinaria empleada para una elección federal, lo cual reducirá en un gran número los espacios asignados para que el ciudadano pueda ir a ejercitar su participación; situación que hace más probable que no se alcance el mínimo requerido para la obligatoriedad de la consulta popular.

 

Por otra parte, al gobierno cada vez que se le cuestiona sobre el asunto de un juicio a los expresidentes, ha dejado clara su postura del olvido y el perdón, que quizá en términos prácticos podría ser lo mejor para todos, sin embargo, la transformación prometida incluía para los votantes de este gobierno el no olvidar las acciones del pasado y dejar de ser como hasta ahora la historia lo señala, un gobierno que solape los actos de sus antecesores.

 

Sin embargo, tampoco se ha dado desde el gobierno federal un impulso real a la participación de la ciudadanía, incluso antes de la veda impuesta con motivo de la consulta popular.

 

Así es que la decisión que usted tome sobre participar o no, deberá ser consiente de las siguientes cuestiones: En primera; suponiendo que usted decida participar en dicha consulta, debe saber que la ley permite al gobierno ejercitar las acciones judiciales que correspondan en contra de los actores políticos del pasado por sus decisiones políticas, sin necesidad de que usted se los indique por medio de este ejercicio, por lo que si no lo ha hecho hasta el momento, quizá es, porque no tiene realmente la intensión de hacerlo.

 

Disfruta todo el contenido en Despertar Diario

 

Como segundo punto, usted debe saber que si su decisión es no participar, muy probablemente este ejercicio sea un gasto innecesario o como se diría, un dinero tirado a la basura, ya que si no se alcanza el mínimo requerido de participación para que la consulta sea obligatoria, de nada servirá el haber realizado la misma.

 

Así es que, amable lector, como siempre lo menciono, usted tiene la última palabra y su decisión sin duda, será la más adecuada para esta débil democracia que vive nuestro querido México.

 

¡Es Cuanto!

 

 


 

 

 

Sigue nuestras Redes Sociales
@DespertarDiari0

 

 

 


 

Un comentario en «La Consulta Popular del próximo 1 de agosto: ¿Participar o NO?»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *