Por: Ricardo Argos
Andrés Manuel López Obrador tiene muchos años en la vida política del país, aunque sea un personaje del cuál se conocen sus defectos y sus virtudes que tiene como cualquier ser humano, pareciera que nunca dejará de causar polémica entre sus seguidores y detractores.
En cualquier parte del mundo la política es un tema por el cual se despiertan muchas pasiones, no es algo nuevo en la historia del planeta tener conocimiento de diversos enfrentamientos por defender diversas posturas políticas.
México.
En México específicamente la historia nos ha mostrado cómo las diferentes posturas políticas han desencadenado un sinfín de conflictos, la razón de estos conflictos muchas veces no alcanza a entenderse, los motivos son diversos y todos tendrían un análisis dependiendo del punto de vista y visión del quién lo cuenta.
Los sociólogos pueden ayudar en gran medida a tratar de entender cada uno de estos conflictos en nuestra historia, también se deberá contar con un análisis jurídico y por supuesto histórico, además de entender los intereses económicos o sociales que exigía cada época.
Por lo que resulta desde mi punto de vista, muy importante tratar de descifrar la etapa por la que está atravesando México, etapa en la que inevitablemente se podría dejar de mencionar al principal personaje de la vida pública del país, personaje que lo mismo tiene un gran número de seguidores, como un gran número de detractores.
Andrés Manuel López Obrador.
Hablar de Andrés Manuel López Obrador resulta siempre un tanto complicado, tan complicado como su propia personalidad, sin embargo, trataremos de exponer algunas ideas que resulten de interés al lector.
La figura Presidencial es un ente al que se le ha sobredimensionado su poder, sobre todo en un sistema político democrático en el que existe de acuerdo con la ley una división de poderes, dicha división debiera entenderse conforme a la teoría de Montesquieu, en la que ésta sirve, precisamente para un equilibrio y contrapeso al poder.
En México por desgracia se piensa que solamente existe un solo poder, en este caso el poder de ejecutivo, el cual está representado en este momento por Andrés Manuel López Obrador, figura que, si bien cuenta con ciertas ventajas o poderes metaconstitucionales, también es cierto que no debiéramos esperar que sea el poder presidencial el que resuelva o el que tenga la responsabilidad total de los asuntos de los tres poderes.
Ejemplos existen de sobra, pero de los más recientes y que son de llamar la atención podríamos mencionar sobre la decisión de un juez federal presuntamente envuelto en actos de corrupción, por los que el juez ordenó dejar libre a un delincuente, acto que causó tremenda polémica, situación que fue cuestionada por los periodistas en la tradicional mañanera, siendo que esto debiera ser cuestionado a los responsables del poder judicial.
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Lo mismo debiera ocurrir cuando se trate de asuntos que competen al poder legislativo, pero esto no ocurre, ya que nos acostumbramos a la figura de un único poder para todos los temas y decisiones.
Además de acostumbrarnos a la figura del poder ejecutivo, como el único responsable de la política interna, externa, legislativa y judicial del país, también nos acostumbramos a que esta figura tuviera ciertas actitudes muy asociadas a la imagen que el pueblo tiene entendida del poder.
El poder de Andrés Manuel López Obrador.
Al poder se le ve asociado con la posesión de la única verdad, con el hecho de estar rodeado de personal de seguridad que hacen inaccesible al poderoso, con los viajes en aviones privados y hospedaje en hoteles de lujo, no solo para él sino para quienes le sirven a él, esto solo por mencionar algunos excesos, aunado esto a la toma de decisiones que deben ser cumplidas a cabalidad, se tenga o no la razón.
Razones probables de que resulte tan sorprendente para ciertos sectores de la sociedad, el hecho de que Andrés Manuel López Obrador, titular del poder ejecutivo, tome decisiones como la de no usar un grupo excesivo de personal de seguridad a su cargo, el uso de vuelos comerciales para sus traslados y giras, así como la decisión que ha tomado sobre pernoctar en la embajada de México, ahora que viaje al vecino país del norte, acto muy congruente desde mi punto de vista.
Sin duda faltará tiempo para cambiar en nuestras mentes esa imagen de un presidente poderoso como estábamos acostumbrados a observar, en contraste con lo que ahora se ve en Andrés Manuel López Obrador, quien trata de ser un ciudadano más, que en este momento ocupa la figura del poder ejecutivo de una nación.
Andrés Manuel López Obrador y la transformación.
No se puede negar que al menos en ese sentido se trata de realizar una transformación, con pasiones como la historia nos muestra, sin violencia hasta el momento más allá, de la que ya existe por la delincuencia organizada y que se desea pueda ser erradicada, cambios quizá sin importancia para muchos, pero que muy probablemente sean cambios positivos, ya que podríamos centrarnos más en lo que el país necesita para impulsar una movilidad social real y no solamente fijarnos en las casas o excesos que adquiere el ejecutivo federal y su familia.
De la misma forma deberemos acostumbrarnos a observar de una forma muy distinta aquella figura que representaba a la “alta sociedad altruista” asociada a las “buenas obras y la caridad” (con recursos públicos) figura que se encargaba a las esposas de los presidentes, conocida como la “Primera Dama”, ésta figura también está cambiando de forma radical, quizá en otra entrega podríamos analizarla.
¡Es cuanto!
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