Por: Carlos Garber Julián / @Garber_Julian
Vida Saludable es la nueva asignatura para el sistema educativo nacional, la misma, es impulsada por las autoridades educativas en coordinación con el sector salud, lo anterior como respuesta a una problemática que enfrenta México en cuestiones de salud de la población.
México es un país enfermo, la realidad del mexicano es compleja, tenemos años viendo como escalan aquellos datos preocupantes respecto a enfermedades que matan a miles de personas de todas las edades, muertes provocadas por enfermedades crónicas como la diabetes en sus distintos tipos, la hipertensión, sin olvidar que ambas regularmente van de la mano de otra realidad como lo es la obesidad.
Vida Saludable o problemas de salud pública.
Si bien es un problema de salud pública que se ha detectado desde hace muchos años, también es cierto que poco han hecho las autoridades para dar un giro a esta realidad o tratar de combatirla de frente. Es verdad que el sistema de salud atiende y da seguimiento a los miles de enfermos crónicos que tiene este país, sin embargo, esto no resuelve el problema de fondo.
Incluso para el sistema de salud la atención de estas enfermedades crónicas representa un costo muy alto, desde los recursos humanos y de infraestructura para atender a todos los pacientes con este tipo de enfermedades, hasta el suministro de medicamentos de control.
Los intentos que el sector salud realiza por cambiar los hábitos alimenticios y de vida, en ocasiones resultan hasta ofensivos para quienes hemos tenido que pasar por ellos. Estos se limitan a entregarte una fotocopia con aquellos alimentos que se encuentran estructurados en el plato del buen comer (para muchos de nosotros, aquella lámina que piden en la escuela y que solo queda como actividad escolar), pláticas en ciertos horarios para cubrir el requisito, pero no te dan un seguimiento real.
Se habla mucho sobre los malos hábitos alimenticios, pero cuál es la propuesta para cambiarlos en un país donde aquellos productos que se conocen como sanos, al final terminan dañando el organismo por los químicos que se utilizan para su crecimiento. Resulta que la pechuga de pollo que es uno de los alimentos base de toda dieta, contiene muchas hormonas que terminan provocando en algunas ocasiones algún tipo de cáncer como el de mama.
Sedentarismo.
También se habla del sedentarismo, la ausencia de movimiento del ser humano provoca muchos males tanto físicos como mentales. Sin embargo, no se han considerado las largas jornadas laborales a las que se encuentra sometido el común de los mexicanos, tan es así que los gimnasios regularmente extienden sus horarios o algunos de ellos se encuentran abiertos toda la noche.
Pero al hablar de gimnasios estas hablando de que se tiene la posibilidad económica para cubrir los costos de este, cosa que no está al alcance de todos los ciudadanos, sin duda lo mejor es el ejercicio en espacios abiertos como parques o deportivos que cuenten con uno que otro aparato para ejercitarte, sin embargo, regresamos a los tiempos de las largas jornadas de trabajo, que muchas ocasiones imposibilitan realizar el ejercicio en estos espacios, que a cierta hora se vuelven un peligro.
La opción que a muchos queda es ejercitarse de la forma en que sea posible desde el hogar, situación que además hemos aprendido a lo largo de esta pandemia, la cual nos mantuvo en casa, pero además algo muy importante, nos ofreció tiempo para poder hacerlo.
Los retos de vida saludable.
No veo nada mal la implementación de una asignatura que de entrada por el nombre te da esperanza, una esperanza a que México pueda dejar de ser ese país enfermo, una esperanza a que nuestros hijos puedan tener una vida saludable, esperanza, al fin y al cabo.
No me gusta sonar negativo, pero la verdad es que estos esfuerzos suelen quedar solamente en una esperanza, tratando de dejar nuevamente todo al docente, a las escuelas, estoy de acuerdo que las escuelas son grandes impulsores de la sociedad, sin embargo, me parece que lanzan parte importante de la responsabilidad al magisterio, sin fortalecer todo lo demás que implicaría este gran impulso para lograr una vida saludable.
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¿A que me refiero? pues a la realidad de llevar una vida saludable en un país con una economía tercermundista, parte de lo que se sacrifica es la salud de los pueblos, por ejemplo, teniendo disponibles productos industrializados en todas las tiendas escolares.
Productos que veo difícil se logre que dejen de estar presentes tanto en las tiendas escolares, como en las tienditas de la esquina y mucho menos en los anuncios de televisión, radio y ahora internet, por más que pongan en sus etiquetas todo el detalle de lo que contiene, será difícil evitar su consumo.
Si a esto le añadimos que los alimentos “sanos” que te sugieren comer, son producidos a base de hormonas y químicos que al final te terminarán causando otro tipo de daño a tu salud. Se ve mucho más grande el reto.
La cuestión económica en la vida saludable.
Es innegable que un estilo de vida saludable necesita de una buena economía, por lo que el dinero resulta ser tan indispensable para la salud como lo es para la vida. Desafortunadamente quien no cuente con el capital económico suficiente para comprar alimentos sanos tendrá que buscar en el mercado los mas baratos, que van acompañados de una mala calidad o en el peor de los casos, sustituirlos por otros.
Un ejemplo de lo anterior son los alimentos orgánicos, que resultan ser más costosos que los demás, pero también ofrecen supuestas garantías de no dañar la salud.
Otro aspecto que tiene que ver con el dinero y la salud, lo constituyen los empleos, que no permiten al trabajador cuidar los tiempos para las comidas. No imagino a un docente, dando receso a sus estudiantes cada tres horas para comer saludablemente, aunque así debería de ser, con ello pasaríamos en las escuelas de enseñar la gráfica del buen comer, a practicar el buen comer.
Aunque lo anterior fuera posible, cosa que dudo mucho, está presente la realidad de México y sus malas costumbres, ¿qué es lo que los estudiantes de nuestras escuelas públicas comerían? Seguramente la respuesta ya la conocemos todos, nuestros estudiantes de la mayoría de las escuelas públicas no cuentan con los recursos económicos para tener una alimentación balanceada.
Luego entonces debería no solo quedarse en la implementación de una asignatura, sino que fuera el estado mismo quién proveyera en las instituciones educativas una dieta balanceada para ponerlo en práctica y como dicen los nutriólogos, cuidando siempre los tiempos de cada alimento. Estoy consiente que esto suena utópico.
La esperanza es lo último que muere.
En la realidad suena a que la asignatura de Vida Saludable se quedará en una esperanza y, por si fuera poco, en un fracaso más de la equivocada ruta de las autoridades de educación pública en nuestro querido México, que quede claro que el docente siempre dará su mayor esfuerzo por cumplir con sus alumnos, por formar seres humanos que integren una mejor sociedad, pero no se observa el mismo compromiso de todos los actores involucrados.
En verdad deseo que Vida Saludable resulte la puerta que se requiere abrir para que México deje de ser ese país enfermo, pero esto solo ¡El tiempo lo dirá!
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