La pandemia por la Covid-19, vino a generar un impacto emocional en toda la población, los trabajadores de la educación no son la excepción, las exigencias laborales, el trabajo en casa, la carga administrativa, el estrés que muchos docentes viven por no saber manejar y usar las TIC’s por la brecha generacional, cansancio, agotamiento, angustia han provocado un desgaste profesional.
Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @YuvaniHernández
El síndrome de burnout, también denominado síndrome del quemado o síndrome de quemarse en el trabajo es un trastorno emocional dado a conocer de manera reciente que se vincula con el ámbito laboral, y que puede definirse como el estrés causado por la rutina de trabajo y el estilo de vida que vive el profesional.
Los profesionales de la enseñanza viven un sinfín de emociones desde el trabajo en casa al tratar de dirigir sus esfuerzos para lograr que todos sus alumnos logren los aprendizajes esperados, seleccionar actividades y recursos pertinentes, diseñar una planeación didáctica para trabajo en línea, establecer los mecanismos de evaluación, buscar opciones para retroalimentación de saberes y lograr que nadie se quede atrás ni afuera del sistema educativo, hacen que el docente sufra un sentimiento de culpa por tener una actitud negativa hacia el trabajo que lo lleva a la fatiga crónica, ineficacia, malestar físico y emocional, y que su actitud acabe influyendo en la actitud y motivación de sus estudiantes quienes también viven situaciones personales y familiares que inciden directamente en el aprendizaje.
SÍNDROME DE BURNOUT Y SU LLEGADA A LOS DOCENTES.
Ser docente docente implica tener vocación y contar con las habilidades y capacidades que le permitan ser guía en la formación de los estudiantes, el ideal es que quienes impartan este servicio cuenten con el perfil profesional que les permita ejercer su trabajo de manera eficiente, sin embargo, el síndrome de Burnout, puede llegar a los docentes sin importar su formación profesional, aunque existen factores que pueden agudizarlo aún más como lo es la edad, los años de servicio, la relación con sus compañeros, con directivos y padres de familia, a esto sumemos que la realidad educativa en México es que muchos docentes del sector público atienden grupos numerosos y diversos, que en cada aula los estudiantes provienen de contextos diferentes y que cada uno de ellos representa una forma de aprender sin considerar que pueden existir alumnos que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación.
Preparar una clase en línea sea de manera sincrónica y asincrónica en México, donde no todos los alumnos cuentan con los medios para hacerlo, donde no todos los estudiantes tienen el acompañamiento de los padres de familia, en espacios poco adaptados para crear ambientes de aprendizaje favorables son los verdaderos retos que deben vivir estudiantes y docentes para tratar de sacar adelante un ciclo escolar, que ha llevado a una gran mayoría a sentirse agobiados.
El magisterio ha vivido una gran desvalorización social, muchas veces las escuelas se han visto como espacios de guardería y no como verdaderos centros de formación, las autoridades educativas se concentran más en llenar formatos ofrecer números y dar resultados que muestren que los alumnos aprenden y se mantienen en el sistema educativo, sin embargo, resulta prioritario atender las necesidades profesionales y emocionales de los docentes para poder desarrollar su trabajo de manera eficaz y eficiente.
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Ante este panorama resulta importante ofrecer algunas sugerencias que permitan a los profesionales de la educación tener maneras de enfrentar al síndrome de burnout:
- Organiza tus actividades y dedica tiempo específico a las tareas que debes realizar.
- En medida de lo posible, realiza actividades al aire libre (caminar, correr, andar en bicicleta).
- Practicar ejercicios de respiración que permitan el manejo de las emociones ayuda a despejar la mente y ver las cosas con mayor tranquilidad.
- Mantener una dieta equilibrada consume mayormente frutas y verduras.
- Establece un horario de sueño específico que te permitan descansar bien, desconéctate del celular y otros dispositivos cuando te dispongas a dormir.
- Convive con tu familia, realicen actividades juntos, los vínculos afectivos te hacen sentir que no estás solo, las relaciones satisfactorias generan felicidad.
- Si te gusta bailar, pintar, leer o escribir, hazlo dedica un tiempo para ti.
Muchos docentes viven el síndrome de burnout, sin saber que lo padecen, todos deben estar preparados para esas situaciones que generan estrés y que influyen en el quehacer diario, pues no solo la parte laboral se ve afectada, el ámbito personal puede tener repercusiones si no se atiende oportunamente.
La pandemia por la Covid 19, con su asilamiento, con los cambios en las formas de trabajar, con las exigencias de resultados y la carga laboral, ha puesto a prueba la capacidad de salir delante de todos ante las adversidades, sin embargo, los profesionales de la educación son pieza fundamental en el desarrollo de la sociedad y es necesario que quienes ejercen la docencia cuenten con la empatía, la valorización y el apoyo de la sociedad, solo así, se reconocerá su trabajo y con ello las autoridades educativas buscarán mecanismos para prevenir el síndrome de burnout en sus trabajadores para poder ofrecer una educación de excelencia.
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