Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @YuvaniHernández
La educación en México ya lleva un año que se vive de manera diferente a través de diversas plataformas para brindar un servicio a distancia, alumnos, padres de familia y docentes esperan el tan ansioso regreso a clases cuando las autoridades educativas estatales y federales den luz verde, existiendo las condiciones sanitarias necesarias. Sin embargo, resulta interesante analizar ¿Cuáles son las realidades educativas que se tienen para poder regresar de manera presencial a las escuelas?
Se ha establecido que el regreso a clases será de manera ordenada y gradual, las escuelas públicas y privadas deberán contar con espacios apropiados y tendrán que tener los insumos necesarios para aplicar protocolos de desinfección para el ingreso y permanencia de los asistentes.
La corresponsabilidad de los actores educativos es de suma importancia para garantizar en cierta medida los filtros sanitarios, los padres de familia en casa observarán la salud de los hijos, y deberán promover el uso correcto de cubre bocas en todo momento, los docentes y directivos establecerán mecanismos de ingreso y se mantendrá vinculación estrecha con las autoridades de salud local.
¿Cuáles son las realidades para el regreso a clases?
El trabajo docente será arduo, pues se debe vigilar que al interior de las escuelas se mantenga la sana distancia, cada alumno deberá contar con un espacio asignado el cual será fijo, la realidad es que se luchará en cada momento con conductas que muchas veces los alumnos traen de casa y que en ocasiones dificultan la organización del plantel. Cada alumno ingresará con cubre bocas, pero no todos cuentan con los recursos para adquirirlos por lo que la escuela deberá proporcionarlos y eso implica que se cuente con el recurso para dotar a los estudiantes de uno cuando no lleven.
Es de suma importancia que se optimice el uso de espacios abiertos, sin embargo, se ha de reconocer que no todos los planteles cuentan con la infraestructura idónea que permita el desarrollo de actividades en este tipo de espacios, muchas escuelas cuentan con espacio abierto pero estos no están techados por lo que trabajar en pleno rayo de sol o con lluvia representa también un riesgo en la salud, esta es una realidad de la que muy pocas veces se habla.
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Para que los alumnos y docentes ingresen a la escuela se deberá establecer mecanismos para lavado de manos, para ello se requiere que cada institución cuente con espacios propios, lo que implica el abasto adecuado de agua y jabón, situación que nuevamente se pone en el análisis pues otra realidad es que no todos los espacios educativos cuentan con servicio correcto y suficiente de agua potable, el jabón es un insumo que se adquiere muchas veces con las cuotas voluntarias de los padres de familia, pero es bien sabido que no hay ninguna ley que obligue al padre de familia a realizar esa aportación por lo tanto ¿Quién dotará a las escuelas de los materiales para la limpieza y desinfección?
Si hablamos de limpieza de los espacios educativos, muchas instituciones no cuentan con el personal de apoyo que realice esta actividad, lo que obligaba a que los padres de familia, alumnos o los propios docentes realizarán el aseo en las instituciones por lo que es necesario que exista una coordinación adecuada con los Comités de Participación Social para garantizar la desinfección de los espacios educativos, sin embargo, no solo le corresponde a ellos esta organización, se requiere que las autoridades educativas asignen recursos humanos a las escuelas y con ello se minimicen los riesgos de contagio en las instituciones.
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El regreso a clases va más allá de un deseo o urgencia, se debe conocer las necesidades de cada institución para cubrirlas y atenderlas si es que se busca un regreso ordenado, la educación es de suma importancia y el regreso a clases de manera presencial favorece altamente a los estados socioemocionales de los estudiantes pues la convivencia optimiza el desarrollo, sin embargo, se requiere de espacios educativos adecuados, con los insumos necesarios, con docentes preparados física y emocionalmente, con padres de familia comprometidos y con autoridades educativas que dan acompañamiento para garantizar un regreso a clases seguro para todos.
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