El alumno muestra un déficit de aprendizaje en su educación. ❌

Por: Carlos Garber Julián | @Garber_Julian

El alumno muestra un déficit de aprendizaje en su educación impartida a distancia, en días pasados comentando el tema con un experto en temas educativos, comentábamos diversas situaciones sobre la educación actual, sus antecedentes cercanos y algunos posibles escenarios para el futuro de la educación.

A lo largo de estos 8 meses de educación a distancia, hemos tenido la oportunidad de observar desde la falta de ruta, liderazgo o visión por parte de la autoridad educativa. Si bien la SEP Federal fue el parteaguas para enviar a casa a todo el país tomando como principal acción el cierre de las escuelas, también se ha visto que dicha medida los ha dejado ante escenarios desconocidos y que hasta la fecha pareciera que no han logrado traducir.

Hemos escuchado a diversos especialistas en temas de salud externar lo que será el escenario real en un futuro inmediato, incluso a mediano o largo plazo, lo que se ha concluido en muchos de los casos es que tendremos que aprender a cohabitar con el coronavirus, se tenga o no vacuna, la Covid-19 seguirá viviendo entre nosotros, por lo que se espera que sea el ser humano el que se adapte a vivir con dicho virus en el ambiente, así como aprendimos en algún momento a cohabitar con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

El solo hecho de pensar que la Covid-19 podría cohabitar con nosotros sin conocer el día en que se pueda llegar a terminar con el virus, tendría que hacer que las autoridades ya estuvieran trabajando realmente por modificar el sistema educativo de fondo, hacer una transformación de raíz y no lo que se ha visto hasta el momento, actos que tienen más cara de querer retrasar lo evidente, en lugar de aceptar la realidad y poner manos a la obra.

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Y este evidente descontrol por parte de la autoridad educativa, transmite al maestro una incertidumbre que no le permite aceptar la realidad de que podría permanecer durante mucho tiempo dando clases a distancia. De la misma forma en muchos casos los docentes trabajan con lo que tienen, con lo que pueden, con quienes se logra contactar, deseando y esperando que llegue el día en que les digan que se olviden de las clases a distancia y que todo vuelve a ser tal y como antes de la pandemia.

Obviamente esta situación de regresar a las escuelas tal y como antes del inicio de la cuarentena, cada día se ve más improbable y lejano, pero el docente tampoco esta en condiciones de hacer o realizar más de lo que se encuentra haciendo con sus propios recursos. Incluso me atrevo a decir que el docente está trabajando más de lo que en realidad debería, porque ahora, la autoridad educativa piensa que a las 6 de la tarde puede girar indicaciones a sus maestros, o sus alumnos piensan que a las 9 de la noche se les puede seguir atendiendo. Situación que ha llevado al docente a un desgaste mayor al que tenían estando en su aula, y lo peor de todo es que traen la sombra de la incertidumbre sobre la forma en la que van a continuar trabajando.

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Pero estos temas los hemos abordado en otros artículos con mayor amplitud. Lo que ahora nos atañe es expresar aquello que nos dejó pensando a mi interlocutor y a mí; y fue precisamente la forma en la que podría ser medido realmente el grave déficit de aprendizaje en el alumno, porque para ser sincero, dudo que algún maestro se atreva a decir que los aprendizajes esperados se están alcanzando con la totalidad de su grupo de la misma forma en que se habrían alcanzado estando en el aula. ¿Alguien se atreve?

Y no se trata de ser negativo o pesimista, pero basta con preguntar a todo aquel que ha estado frente a un aula, acerca de las últimas generaciones que se han recibido en los diferentes grados escolares, año tras año, se conoce de manera general el nivel educativo que trae la generación, el grupo o el alumno, y de la misma forma año tras año preocupa mucho más el nivel tan bajo con el que van avanzando.

¿Realmente sorprende el déficit de aprendizaje?

Quizá para el ciudadano que se encuentre fuera de las labores educativas o el padre de familia que cumple con enviar a la escuela a su hijo, sea sorprendente ver en algún video viral en redes sociales,  que un maestro haga la observación a sus alumnos que no saben citar, o que no tienen idea de cómo investigar, por solo citar a algunas, Ya no nos detengamos en que los alumnos conocen de sobra los derechos que tienen y el poder que se le ha dado al niño joven o adolescente, incluso sobre los mismos padres; quienes no se detienen a observar los libros de texto, las libretas de sus hijos, la ortografía de su hijo, las horas que lee o la forma en que investiga su hijo. Mucho menos se cerciora si la calificación corresponde realmente a lo que su hijo ha aprendido.

El déficit en el aprendizaje de los alumnos no nació con la pandemia, pero si ha quedado muy expuesta con la misma, resulta muy difícil trabajar a distancia con alumnos que no les gusta leer, que no tienen idea de como realizar una investigación que no sea el clásico “copy-page” (sic) de Wikipedia, y que además de todo tanto maestro como alumno llegan a padecer los caprichos de la tecnología, porque aunque se crea que el alumno es de una generación digital, no es lo mismo utilizar redes sociales que plataformas o aplicaciones para su aprendizaje.

¿Algún día conoceremos datos reales?

Dudo mucho que la autoridad educativa nos de las cifras reales sobre el gran déficit educativo que trae el alumno a sus espaldas, lamentablemente parece que estamos siendo testigos de un círculo vicioso de enseñanza-aprendizaje y de reportar lo que se exige se reporte. De tal manera el alumno hace que aprende, el docente hace que enseña y la autoridad educativa presume los números que debe presentar a la opinión pública y alcanza todos aquellos indicadores que exigen las instancias internacionales.

Sin embargo, cuando será el día en que levantemos la voz todos y exijamos una verdadera educación de calidad que nos permita surgir como nación y destacar realmente con mayores casos como los que se presumen de escasos alumnos que ganan premios internacionales de ciencias, de matemáticas o de cualquier otra disciplina, mismos que obviamente se trata de alumnos con características diferentes a los de la gran mayoría, sin embargo, se debería impulsar para lograr alcanzar una mayor exposición de este tipo de alumnos más frecuentemente.

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