EL RETO DE LA ADMINISTRACION PÚBLICA
Todos hemos vivido la experiencia de hacer un trámite en alguna dependencia gubernamental, y con seguridad nos hemos envuelto en la discusión de un procedimiento engorroso, lento y cargado de normatividad y requisitos, grandes filas de espera, mala atención y hasta costos excesivos.
Por: C.P. América Rojas Cruz | @AméricaRojas
Con frecuencia escuchamos la palabra Burócrata o Burocracia para hacer referencia peyorativamente al arcaico, cansado, complicado e ineficiente aparato administrativo del gobierno y sus integrantes.
¿Pero esto es la Burocracia?
Me parece de suma importancia echar un vistazo a algunos marcos teóricos que nos den una referencia.
Burocracia proviene del francés bureaucratie, del término bureau: oficina o escritorio, y del término -cratie o Kratos que hace referencia al poder o al gobierno. Es decir, el Gobierno desde el escritorio o desde las oficinas.
Max Weber consideró a la Burocracia como una forma eficiente de organización del complejo aparato estatal, por medio de dependencias gubernamentales al servicio de una sociedad cambiante y dinámica. La Burocracia tiene niveles definidos de dirección, responsabilidades y facultades, todas las decisiones que se toman al interior deben estar facultadas por una normatividad específica. Una eficiente especialización en la división del trabajo subordinado, y una autoridad de mando.
Esta visión de Weber es interesante ya que permite la observación de un aparato burocrático gubernamental al servicio de todos los asuntos de la sociedad.
No obstante Weber hace la advertencia que la burocracia puede anquilosarse, dado que quienes tienen poder buscan preservarlo y así corromper estas estructuras de gobierno.
Para Alain Touraine la Burocracia es un sistema de organización donde los estatutos y los roles, los derechos y los deberes, las condiciones de acceso a un puesto, los controles y las sanciones, están definidos por la situación en una línea jerárquica y con una cierta delegación de autoridad.
Para Fernando Uricoechea la burocracia es un sistema de administración en el cual se establece una notoria diferencia entre lo público y lo privado, es decir, una forma de gestión impersonal, confiada a un conjunto de agencias especializadas, técnicamente eficientes y que actúan según criterios universales y racionales de acuerdo con un estatuto.
La Burocracia según el diccionario de la lengua española Aristos, la define como la influencia de los funcionarios públicos en el Gobierno del Estado.
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Ahora bien, visto lo anterior, para el Sistema Político Mexicano se entiende por Burocracia al aparato administrativo del Gobierno Federal que administra la política pública, es decir, la Administración Pública.
El Art. 49 constitucional, establece la división de poderes, en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Asimismo, también la Constitución y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal señalan que el Poder Ejecutivo Federal radica en la persona del Presidente de México y que para el despacho de los diversos asuntos administrativos el Presidente se auxilia de la Administración Pública Federal, es decir, La ley Orgánica de la Administración Pública Federal establece las bases de organización de la Administración Pública Federal Centralizada que la integran las secretarias de estado y Paraestatal que son los organismos descentralizados creados con personalidad jurídica y patrimonio propios.
Toda proporción guardada, organización similar se da en los Estados y los Municipios.
Entonces entenderemos por Burocracia a todos los aparatos administrativos que dan sustento operativo y gobernabilidad a los gobiernos en los tres ámbitos de gobierno federal, estatal y municipal.
¿La Burocracia es exclusiva del sector gubernamental, o hay Burocracia en las organizaciones privadas y en las empresas?
Sin duda la hay, la burocracia privada o corporativa refiere todo el sistema administrativo de empresas o consorcios, (de forma negativa cuando los aparatos administrativos de servicio, tramitación, gestión, etc, que no responden a la expectativa del público usuario, trabajadores sin profesionalización, engorrosas cargas normativas que entorpece los procesos), hay burocracia en tribunales, empresas, escuelas, hospitales, iglesias, embajadas, etc.
Es importante decir que la mala fama de la Burocracia ha venido ganándose a pulso durante décadas en todas las instancias gubernamentales del país, federales, estatales y municipales, es una cultura soterrada con axiomas propios como “El gobierno hace como que nos paga, nosotros hacemos como que trabajamos” o “El que no transa no avanza”, un proceso cancerígeno que ha venido carcomiendo las estructuras administrativas gubernamentales, porque corrupto no solo es el que se apropia de recursos de una institución u organización, o hace uso indebido de cargo, sino que es también quien no se capacita, no se inserta en los procesos de cambio, no aporta, no cumple con su responsabilidad por lo que le es otorgado un sueldo.
Es decir, corrompe su misión y la misión de la organización o dependencia, con los consecuentes altos costos sociales, económicos, productivos y de desarrollo para el país. Aunque esto es visible y lacera fuertemente a la sociedad, y a todo el aparato administrativo del estado, afortunadamente fuertes sectores de la burocracia conciben el trabajo público desde una perspectiva completamente diferente.
Para 2019 el INEGI reporta un total de 5,869,114 trabajadores de la Administración Pública en México, de los cuales el 7.3% corresponde a empresas públicas, 45.7% a gobiernos estatales, 19.1% al gobierno central, 17.7% a gobiernos locales y 10.2% a seguridad social.
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No obstante, lo anterior, es claro que la tendencia es al adelgazamiento del aparato burocrático, con medidas que ya se están instrumentando como el Gobierno Electrónico, que con apoyos de plataformas y tecnologías digitales se podrá hacer más eficientes los procesos administrativos y de mayor profesionalismo en los servidores públicos que lo operen, con procesos que se realizan en línea desde cualquier lugar, cualquier fecha y a cualquier hora.
Pero no todo es sistematizar procesos, es de vital importancia la adecuación de leyes, marcos normativos de responsabilidades, de trasparencia y simplificación administrativa, incorporar sistemas educativos especializados al trabajo burocrático para la certificación del personal, replanteamiento de perfiles profesionales, reestructuración de sueldos y salarios, dotar calidad en el servicio con rostro humano, un gobierno de puertas abiertas, la trasparencia sindical, evitar duplicidad de funciones, incluso fusionando dependencias y lograr la reingeniería administrativa.
Si bien la Burocracia prevé las condiciones de su funcionamiento para la mayor rentabilidad de la organización, también tiene sus propias disfunciones, como la resistencia al cambio, excesos de formalismos y papeleos, exagerado apego a una sobrerregulación, y la despersonalización del servicio.
A decir, la pretensión es evitar las distorsiones añejas en la asignación de plazas, el uso indebido del poder público, los actos de corrupción, el dispendio, tráfico de influencias, la negligencia, la improvisación, la ineficiencia y la sobre regulación.
Este nuevo formato también dignificará la acción pública del trabajador de gobierno, con vocación de servicio y compromiso social. Estas acciones no solo dan eficiencia y productividad, sino que también recobran la confianza perdida de la ciudadanía.
Cambiar el rostro de la Burocracia es tarea de todos, de las dependencias e instituciones del sector público, de los servidores públicos, de las instituciones educativas, de las agrupaciones sindicales, de la propia ciudadanía.
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Porque el producto de la Burocracia es eminentemente el servicio, hoy somos una comunidad más amplia e interesada en que los asuntos públicos del gobierno hacia la ciudadanía sean de mayor trasparencia y efectividad, que pugnamos por que el espíritu de servicio sea el motor del funcionamiento del Aparato Público Gubernamental y se dignifique el papel del Burócrata o Servidor Público en todos los niveles de Gobierno, hoy las evidencias están a la vista, a tres años de esta nueva trasformación, vamos por buen camino.
América Rojas Cruz ha colaborado con grupos de autoayuda para la atención de las adicciones y erradicación de la violencia infantil y de género; ha colaborado con Organizaciones pro defensa de los derechos de la mujer y los niños; es una convencida de que “solo tenemos una oportunidad para hacer un mundo mejor para todos y esa es Hoy”.
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