¿A quién no le gusta disfrutar del placer de tener la razón, de controlar, de obtener, de ser visto, del aplauso, de la fama, de satisfacer el ego, de tener el poder?
Por: C.P. América Rojas Cruz | @AméricaRojas
Cuando escuchamos la palabra Poder de inmediato pensamos en control, dominación, corrupción, como en algo que corrompe a las personas y a las instituciones y comenzamos a satanizar esa palabra. A menudo se cree que quienes tienen poder es para enriquecerse, o para beneficiarse personalmente; y es que la palabra poder puede estar presentes en diversos contextos, como por ejemplo el poder de la palabra, el poder de la espiritualidad, el poder en las organizaciones, el poder de la información, el poder social, el poder económico, el poder político, entre otros.
Es de considerarse que cada persona lleva consigo de manera natural el poder de decidir, de hacer determinadas acciones simplemente por la voluntad misma de acción. Existen personas que logran un liderazgo y esto gracias al poder que emana de su propio ser, que hace que logre mover, ser escuchada, o influir en los demás para que hagan determinada acción. El poder personal es algo nato en las personas, es esa energía interna que lleva a alguien a lograr, a triunfar, y ese poder es personal, único, aunque también hay quienes lo desarrollan.
En términos generales los grandes teóricos del PODER coinciden en afirmar que es la capacidad de un individuo para influir en el comportamiento de otras personas u organizaciones sociales. El término «autoridad» se usa a menudo para designar al poder cuando es percibido como legítimo.
Asimismo, el PODER es la capacidad o potestad para hacer. Proviene del latín potēre, y este a su vez de posse, que significa ‘ser capaz’.
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El poder es inherente a la acción humana y se expresa en la colectividad, para Michel Foucault «Vivir en sociedad es, de todas formas, vivir de manera que sea posible actuar los unos sobre la acción de los otros. Una sociedad sin «relaciones de poder» no puede ser más que una abstracción.» A decir, el poder está presente en todas las acciones de los seres humanos, “el poder está en todas partes por que viene de todas partes”
Para el teórico político Max Weber, se define a el PODER como “la posibilidad de tomar decisiones que afectan la vida de otros, pese a que exista resistencia, y que para que este poder se legitime utiliza la autoridad o el poder aceptado fundamentado en un marco legal”. Así es que el Estado opera el poder desde sus estructuras políticas.
Entonces, en la esfera pública el Poder se ejerce entre los seres humanos por los mismos seres humanos, pero echemos un vistazo a la esfera personal, al poder personal. Se dice del Poder que es la capacidad personal de influir en otros, en algunos casos esa influencia se da en mayor o menor proporción de acuerdo con la energía personal; cuando esa influencia existe, aunque no se cuente con un puesto, nombramiento o autoridad oficial puede decirse que es una capacidad propia, capacidad de liderazgo, esa habilidad que surge de los verdaderos líderes.
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Pero cuando esa influencia es mal utilizada, se llega a convertir en control sobre los demás e imponer su voluntad. Se puede utilizar de tal forma que se logren objetivos meramente personales, que no precisamente tiene que ver con beneficios materiales o económicos, sino solo por una condición egótica; por el gusto, por el reconocimiento, por el placer de ser observado, de ser admirado o de llenar los vacíos personales, es decir son placeres del ego. Por eso en la sabiduría popular se dice “dale poder a alguien y conocerás quien en verdad es”
Las relaciones humanas son relaciones de poder, y esto queda de manifiesto en la familia, en la escuela, en el deporte, en el trabajo, entre amigos, en las relaciones de pareja, en la comunidad, etc.
El Poder de Facto y el Poder de Iure.
El poder que es reconocido por la comunidad, por el grupo social, por su capacidad de logro, su legitimidad y/o autoridad está validada por los miembros y no por un poder constituido legalmente como es el caso del Poder de Iure.
No obstante, lo anterior, hay grupos humanos donde legalmente uno tiene la autoridad, pero en los hechos son otros los que ejercen el poder.
El poder para hacer vs El poder por el poder.
El poder forma parte inherente de la naturaleza humana, el problema es cuando ese poder se pervierte, se prostituye o se corrompe.
Es significativo que hay quien ya tiene tanto dinero, que ya no le interesa tener más dinero por tener, sino por poder, es decir, solo por satisfacción egótica de tener el mando, el estatus, el aplauso, el reconocimiento. Por qué el poder es adictivo y altamente seductor.
La razón por la que se ha satanizado el poder, es por la idea errónea de que el Poder es malo, es pervertido, y por lo tanto es erróneo o equivocado desear poder; pero la gran diferenciación se da en la intensión de su uso.
Existen tantas mentalidades como personalidades participan en un proyecto y por ende también sus intencionalidades, es decir, la intención con la que se ejerce o se busca el poder.
Yo puedo. Como la capacidad obtenida para el logro de objetivos individuales y colectivos, es poner las habilidades a disposición de un proyecto de beneficio a una colectividad, el poder de hacer, de construir, de lograr, de ayudar.
Yo tengo o quiero el Poder. La posición egocéntrica que busca el Poder por el Poder, para mandar, utilizar, abusar, pervertir, fracturar, controlar, acaparar, arrebatar, obtener o destruir.
Es muy fácil confundirse, las verdaderas intenciones no siempre son visibles, porque generalmente se disfrazan de bondad y buenas intenciones.
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Para poder entender cómo funciona esto, se tendrá que observar desde las emociones que lo acompañan. Mientras que uno actúa desde el amor al prójimo, al bienestar común, con pasión por el servicio, el otro lo hace aun en contra de otros, buscando un beneficio personal o de grupo. Así, uno denota solidaridad, esperanza, bondad, amor, alegría, valor y confianza, mientras que en el otro hay envidia, ira, orgullo, vanidad, cobardía, falsedad, desconfianza.
La gran paradoja es que cuando se actúa a favor de otros se termina bendecido y cuando se actúa por el ego se termina a la larga perjudicado.
Es lamentable que durante muchos años en nuestro país, el poder fue utilizado para beneficio personal o de grupo. No obstante, estamos a punto de iniciar un nuevo proceso electoral a nivel nacional, hay una nueva oportunidad y es necesario entender la naturaleza del poder y el uso del poder.
El Poder es inherente al ser humano, no hay que tenerle miedo, es reconocer la potencialidad natural con la que la creación nos dotó para hacer, transformar, crear, construir una nueva realidad donde todos tengamos cabida, a favor de todos.
Negar nuestro poder es negar nuestra naturaleza humana, es negarnos a nosotros mismos.
Acerca de la autor:
América Rojas Cruz ha colaborado con grupos de autoayuda para la atención de las adicciones y erradicación de la violencia infantil y de género; ha colaborado con Organizaciones pro defensa de los derechos de la mujer y los niños; es Coordinadora de AyudarTe, dedicada a la gestión de ayuda en favor de grupos vulnerables; es una convencida de que “solo tenemos una oportunidad para hacer un mundo mejor para todos y esa es Hoy”.
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