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Recientemente se festejó el 14 de febrero día del amor y la amistad, en el que muchas parejas celebran de diferentes formas el amor, la unión, la amistad, etc. Pero también es un día en el que muchas mujeres son tratadas de manera especial por sus parejas, de alguna forma tratando de justificarse ante alguna acción de agresión previa, la idea es volver a ganarse la confianza perdida y mantener el ambiente adecuado en el cual prevalezca la conducta violenta.

 

Por: C.P. América Rojas Cruz | @AméricaRojas

 

Uno de los temas que han tomado gran relevancia en los países durante los últimos años es la violencia de género, un tema de gran impacto mundial y nacional  que toma fuerza en las familias y afecta en gran medida a las mujeres, vulnerando sus derechos humanos fundamentales e impidiendo una vida de inclusión y democracia, a veces atentando contra sus vidas y hasta llegar en muchos casos a arrebatárselas, ¿las razones? Solo por el hecho de ser mujer.

 

Este acto es denominado Feminicidio, el asesinato de una mujer por el solo hecho de serlo, por el odio a lo femenino. Una sencilla definición por demás fuerte pero más allá de eso, es la expresión más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia mujeres y niñas. Se produce como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones físicas, emocionales, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital.

 

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Entre las razones más comunes para que se llegue a dar el feminicidio podemos comentar los celos, el control, la frustración que se vive cuando la pareja quiere separarse, el alcoholismo, las drogas, y en tiempo de pandemia en el que vivimos las presiones económicas que generan discusiones que en muchos casos terminan en agresiones físicas y emocionales hacia la pareja, existiendo así un incremento en la violencia doméstica, la cual ha sido física, emocional, sexual y en algunos casos orillando a la pareja al suicidio; igualmente podemos mencionar a la misoginia y el placer torcido de sentir la superioridad del hombre sobre la mujer.

 

Contrariamente a lo que se cree, los crímenes hacia mujeres los realizan la mafia en un pequeño porcentaje, en su mayoría quienes llevan a cabo dichos actos son los familiares, las parejas, exparejas, novios, esposos, personas con un descontrol emocional, que no pudieron trascender alguna situación de su infancia, en su madurez de alguna situación rompimiento o que por su propia inseguridad construye historias destructivas en su mente que hacen que la emoción principal que los lleva a cometer el acto es el resentimiento, enojo, ira, odio, tristeza, soledad, principalmente.

 

Para esta entrega es importante considerar algunos elementos sobre el feminicidio, en términos normativos y emocionales que a mi consideración muy personal se puede derivar en la mayoría de los casos como una reacción o acción emanada de las emociones del sujeto que lo lleva a cabo.

 

De acuerdo con el Código Penal Federal mexicano señala:

 

Artículo 325

Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género. Se considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:

  1. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
  2. A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia;

III. Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;

  1. Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
  2. Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
  3. La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;

VII. El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.

A quien cometa el delito de feminicidio se le impondrán de cuarenta a sesenta años de prisión y de quinientos a mil días multa.

Además de las sanciones descritas en el presente artículo, el sujeto activo perderá todos los derechos con relación a la víctima, incluidos los de carácter sucesorio.

En caso de que no se acredite el feminicidio, se aplicarán las reglas del homicidio……

 

Estas son las consideraciones establecidas en la Ley y que son los criterios para definir lo que se considera un feminicidio y la base para poder consignar a quienes privan de la vida a una mujer, o niña, aunque quedan pendientes algunas consideraciones en la tipificación de dicho delito.

 

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Sin embargo, debemos ir más allá y profundizar en las razones del porque un hombre priva de la vida a una mujer o niña con quien en un determinado momento tuvo una relación o un vínculo personal. El punto IV menciona claramente como una de las condicionantes  para ser considerado como tal un acto de feminicidio, que “Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza”.

 

Del amor a la destrucción.

 

Hablar de feminicidio es adentrarnos a la naturaleza humana del fenómeno, y es importante hacerse una pregunta al respecto, ¿Por qué del amor o de una relación afectiva o de confianza se pasa al odio y a la destrucción?

 

Resulta por demás inaceptable que después de tener una relación o vínculo personal se concluya en un hecho tan violento, mismo que en algunos casos es originado también por los roles culturales y patriarcales que se siguen viviendo en las familias, y estas conductas no dependen de un nivel social o económico, sino de una conducta del patriarcado, vista esta como una estructura social que se sostiene de leyes escritas y en normas implícitas que refuerzan y condicionan patrones de conducta diferenciados en función del sexo biológico y de creencias y conductas socioculturales también.

 

La concepción que se ha tenido de las mujeres a través del tiempo como seres inferiores a los hombres ha dado la pauta para que se lleven a cabo estos actos de violencia de género y por tanto feminicidios que en muchos casos la ley no penaliza; según un dato emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 70 % de las mujeres mueren a manos de su compañero pareja o expareja.

 

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Vista desde la naturaleza humana de las emociones, los actos de feminicidio se derivan de emociones y conductas que no tienen un control, son originadas no precisamente por quien es la víctima de violencia sino nacen de aquellas vivencias personales que dieron origen a la emoción que mueve a realizar dichos actos, es decir, la emoción de ira, enojo, frustración, venganza que se despiertan ante el rechazo, ante la falta de reconocimiento, ante el abandono, de hombres con conductas violentas dentro y fuera del entorno familiar, este hombre agresivo viene de una infancia de agresión y seguramente de maltrato, vejado de su condición de ser humano que no ha respetado sus necesidades más básicas de independencia y autonomía, y que puede enmascararse en un perfil de amabilidad y de seducción incluso.

 

Dentro de la violencia de género existen diferentes etapas en el círculo de la violencia, es un ciclo, primero es la violencia verbal, psicológica y luego la física. El hombre siempre pide perdón, regresa, se reconcilia, pero en una de esas reconciliaciones la mujer puede acabar muerta, y desafortunadamente en muchos casos existen antecedentes documentados a través de denuncias que fueron ignoradas.

 

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Hoy tenemos que voltear y observar de qué forma cada uno de nosotros hemos contribuido a que este círculo de violencia permanezca en nuestra sociedad, y replantearnos la pregunta de ¿Qué estamos haciendo para re educar las conciencias dentro del núcleo familiar? no me queda duda que la mayor labor que nos debe preocupar para no llegar al punto crucial del ciclo de violencia es retomar los valores familiares, es brindar un ambiente de seguridad y armonía a nuestras niñas, niños y jóvenes que les permita transitar en un camino de respeto, de salud emocional y de tener la capacidad de establecer relaciones personales sanas, porque solo así dejaremos de hablar de violencia y de feminicidios y daremos paso a que las niñas y las mujeres vivamos en un lugar seguro y de respeto a nuestros derechos humanos.

 

Pudieran existir diversos orígenes de la Violencia de Genero, pero todas ellos encuentran un caldo de cultivo en el silencio y en el aislamiento, por lo que cualquier persona violentada es imprescindible que:

 

  • No guarde silencio, busque el apoyo de su familia, se acerque a organizaciones civiles pro defensoras de derechos humanos, se haga acompañar y presente una denuncia, mantener a la mano teléfonos de emergencia y personas de confianza, mantener comunicada a su familia sobre sus actividades, no quedarse en el lugar donde está siendo violentada, buscar redes de apoyo, tener presente que la conducta de un victimario es reincidente y no cambiará, en resumen… ¡NO más silencio!

 

Es momento de romper las anquilosadas estructuras sociales del patriarcado y darle paso a la dignidad humana.

 


Acerca del autor:

América Rojas Cruz ha colaborado con grupos de autoayuda para la atención de las adicciones y erradicación de la violencia infantil y de género; ha colaborado con Organizaciones pro defensa de los derechos de la mujer y los niños; es Coordinadora de AyudarTe, dedicada a la gestión de ayuda en favor de grupos vulnerables; es una convencida de que solo tenemos una oportunidad para hacer un mundo mejor para todos y esa es Hoy.


 

 

 

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