Por: Carlos Garber Julián | @Garber_Julian
En retrospectiva podemos ver que hace 8 meses la educación sufrió un cambio no planeado. Precisamente se trataba de un fin de semana muy similar al que estamos viviendo, con un viernes 13 en el que iniciaba un puente de los llamados largos.
Todo esto de lo que ahora nos hemos dado cuenta que ha sido un problema realmente serio, visto desde la óptica que se quiera ver, sea desde el punto de vista de los que hicieron caso a las medidas sanitarias desde el primer día, o incluso aquellos que hasta la fecha siguen considerando que la amenaza del virus no es tan grave como para mantenernos encerrados. Para ambos puntos de vista, esto se ha vuelto largo y complicado por diversas razones, todas muy válidas.
Pero ¿Qué ha pasado específicamente en el tema educativo a lo largo de estos 8 meses? Comencemos recordando que en un principio cuando se nos dijo que estaríamos en cuarentena, pensamos que serían dos o tres semanas; mismas que al unirlas con las dos semanas ya programadas de las vacaciones de semana santa, podrían resultar en un largo descanso, mientras nos cuidábamos de no contagiarnos del virus.
Los alumnos agradecidos por el adelanto de unas merecidas vacaciones, mientras que los docentes comenzaron con algunos conflictos respecto a cómo poder mantener ese contacto con los alumnos a la distancia. Sin contar en la mayoría de los casos mucha familiarización con las tecnologías de la información y la comunicación, iniciaron la aventura.
Todos pensábamos que esto pasaría rápido y que ya habría tiempo de recuperar los conocimientos perdidos; y si no daba tiempo, pues que mas da hacer que no paso nada y avanzar como algunas otras veces se ha hecho.
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Las cosas caminaron como cada quién pudo y parece que de esa forma seguimos. Cada quién haciendo su propio esfuerzo de manera aislada, solo en casos muy concretos se ha trabajado un plan bien orquestado y lo van desarrollando en conjunto; gracias a la dirección de las propias escuelas o de grupos de maestros que se organizaron.
La situación en este ciclo escolar vigente prometía tener por parte de la autoridad educativa mayor organización y una línea clara. La realidad que yo veo, misma que es lamentable, es que la enorme desigualdad en la que vive nuestro país no permite tener la calidad educativa para todos los alumnos; ya no pensemos entre escuelas distintas con diferentes contextos, sino en alumnos de una misma aula de una escuela pública cualquiera que sea su contexto.
Si a esto le agregamos el interés que poco a poco se va perdiendo por parte de todas las partes involucradas; en el caso de los alumnos comienza a pesar la distancia con sus compañeros, el no salir de su casa para ir a la escuela y por supuesto la mala conexión que existe en el mejor de los casos, o la nula posibilidad de conectarse por la realidad de muchas economías familiares.
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Los padres de familia han tenido que hacer grandes esfuerzos para tratar de mantener ese ritmo que permita a sus hijos seguir aprendiendo a la distancia. Vale la pena hacer un reconocimiento a todos aquellos padres de familia o tutores que han tenido que aislarse de sus obligaciones en casa o en trabajos para apoyar a sus hijos. La otra realidad es la de los padres que tienen que salir a trabajar si o si, realidad de la gran mayoría de los mexicanos, es en ese momento donde se complica aún más la situación, ya que el alumno queda, si bien le va, a cargo de los abuelos o de un hermano mayor que también trata de avanzar en sus propias clases.
El docente que al inicio de esta pandemia se había mostrado renuente a utilizar cualquier tipo de tecnología para sus procesos de enseñanza aprendizaje. Incluso aquellos que hasta para realizar sus planeaciones se negaron a utilizar una computadora o un correo electrónico, tuvieron que aprender en muy poco tiempo y contra todo pronóstico fueron intentando utilizar la tecnología que no aceptaban antes.
Para el docente ya estaba inmerso en el uso de las tecnologías sin duda le fue más sencillo poder llevar su clase a una plataforma, o bajo un esquema digital o de educación a distancia. Sin embargo, también han sufrido los estragos de la falta de igualdad de oportunidades entre sus alumnos, situación que les hace un poco más complicado su trabajo porque también deben preparar material para atender a los alumnos que no cuentan con ningún tipo de posibilidad de conexión.
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El docente también ha tenido que adaptarse a no cubrir horarios específicos, carga de trabajo que no tenía antes, desde adecuar sus contenidos para todos sus alumnos sea cual sea su contexto, el docente ha tratado de no dejar en el abandono a ninguno de ellos, además el docente ha tenido que crear contenido para diversas plataformas digitales, por ejemplo YouTube o LMS, además de revisar trabajos y retroalimentar en el menor tiempo posible, todo esto sin contar el fundamental trabajo administrativo que dejan las autoridades a quienes les urge de un momento a otro.
Después de todo lo vivido en este tiempo, ¿Qué evaluación le darías tú a los intentos realizados respecto a la educación con las enormes dificultades que significa el estar a distancia? No me atrevo a plantear escenarios poco alentadores, pero al menos un estado ya llegó a semáforo verde y no regresaron a las aulas y recientemente escuché a algún gobernador mencionar que, aunque su estado se encuentre en semáforo verde no se regresará a las aulas hasta que se tenga la vacuna.
Así es que a todos los involucrados en los procesos de enseñanza aprendizaje, les pido que tengamos mucha paciencia y muy buen #Ánimo
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