Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @YuvaniHernández
El TDAH, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez, su diagnóstico se realiza en la niñez y es común que dure hasta la etapa adulta.
Según lo expresa Stephen Brian Sulkes en el 2020, los trastornos del neurodesarrollo son las condiciones neurológicas que aparecen en la primera infancia, muy común de manifestarse antes de entrar a la escuela, y afectan el desarrollo del funcionamiento personal, social, académico y/o laboral. Por lo general implican dificultades con la adquisición, conservación o aplicación de habilidades o conjuntos de información específicos.
Los trastornos del desarrollo neurológico pueden implicar disfunción en una o más de las siguientes áreas: la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la interacción social.
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Es un padecimiento que se manifiesta mayormente en hombres que, en mujeres, y haciendo referencia al (DSM-5), existen 3 tipos:
- Con predominio del déficit de atención
- Con predominio de hiperactividad/impulsividad
- Combinado
La falta de atención es muy común en los niños, el ser distraído y olvidadizo puede ser una característica frecuente, sin embargo, los niños con TDAH no superan estas conductas, los síntomas continúan manifestándose y pueden ocasionarles problemas en la escuela, el hogar o con los amigos, por lo que algunos de los síntomas que puede manifestar un niño con TDAH son:
- Olvidarse o perder cosas con frecuencia;
- Movimiento constante, juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento;
- Hablar demasiado; responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta;
- Cometer errores por descuido o tomar riesgos innecesarios;
- Parece no escuchar cuando se le habla directamente;
- Tener problemas para esperar su turno;
- Tener dificultad de llevarse bien con otros.
Es importante mencionar que varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos en los que se desenvuelve el menor, por ejemplo, casa y escuela, por ello resulta importante que el padre de familia observe el comportamiento de su hijo en diferentes ambientes, ya que muchas veces suele confundirse con berrinche o falta de control y orden.
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Cuando se tiene la sospecha de tener un hijo con TDAH, es importante tener un diagnostico confiable. El diagnóstico puede ser realizado o bien por un profesional médico o por un psicólogo clínico. Sin embargo, en el caso de que el tratamiento requiera de apoyo farmacológico, éste únicamente puede ser prescrito por un profesional del área de la salud como lo es un Psiquiatra, Pediatra, Neuro pediatra o Neurólogo, muchas veces la medicación otorgada ayuda a mejorar la calidad de vida ya que les permite enfocar su atención, sin embargo, solo un especialista indicará el tratamiento recomendado.
Los especialistas otorgarán recomendaciones para saber guiar, orientar y trabajar con un niño con TDAH, y es recomendable que se mantenga comunicación con las otras autoridades con las que el menor convive, en este caso se habla de los docentes ya que ellos deben tener el diagnostico para saber orientar las actividades escolares.
Cuando se tiene un niño con TDAH, la comunicación, el trabajo colaborativo y la empatía, sumada a la información permiten el desarrollo integral y armónico del niño por ello, se invita a seguir informándose del tema cuando existe un miembro en casa que lo padezca.
American Psychiatric Association (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
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