Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @Yuvani.Hernandez
Angustia, miedo, incertidumbre, alegría, entusiasmo, motivación, algunas de las palabras que nos llegan a la mente cuando hablamos del regreso a clases. Con la vacunación de los docentes se vislumbra fechas cercanas para regresar a las aulas y con ello retomar las actividades escolares presenciales, todos los involucrados alumnos, docentes, padres de familia y autoridades educativas se enfrentan a diversos sentimientos y emociones al no saber cómo se vivirá este proceso.
Algunos de los estudiantes si pensamos en el nivel preescolar han visitado la escuela muy poco tiempo, otros mas no han tenido el contacto físico con otros compañeros ni con sus maestros, lo que nos hace pensar en las barreras que enfrentaran para la socialización y comunicación; si pensamos en los aprendizajes esperados que deberían tener consolidados nos provoca entender que muchos de ellos no se alcanzaron, por lo tanto, los docentes que los reciban enfrentarán verdaderos retos pedagógicos entendiendo que los aprendizajes están en función de edad y madurez. Ahora bien es necesario tener en cuenta la edad y la capacidad de los estudiantes para comprender y respetar las medidas aplicadas. Es posible que a los niños más pequeños les resulte más difícil respetar el distanciamiento físico o el uso adecuado de las mascarillas.
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Los niños de primaria y los jóvenes de secundaria y bachillerato no se escapan de esta realidad, si bien ellos en algún momento conocen la dinámica de las escuelas, han pasado más de un año fuera de las aulas, una gran mayoría no ha trabajado de manera formal y constante las actividades académicas pues recordemos que han dependido de la conectividad, de los mecanismos que cada escuela haya implementado para lograr el aprendizaje, de las limitaciones en casa, de la preparación de cada uno de sus docentes, de las propias limitantes cognitivas, en pocas palabras del contexto y circunstancias en el que se encuentren.
Los padres de familia por su parte también tienen miedos e inquietudes, se debe considerar que, si bien los docentes estarán vacunados, los estudiantes no, por lo tanto, genera en ellos el miedo ante los contagios, para que muchos estudiantes se trasladen, dependen del transporte público por lo tanto se exponen demasiado al COVID 19. La economía en casa a muchos les ha afectado provocando carencias que los obligue a considerar la conveniencia del regreso a clases ya que mandar a los hijos a la escuela implica un gasto más.
Los docentes, también tienen inquietudes ante el regreso a clases, ante la llamada autonomía escolar, se ha dejado que las escuelas establezcan los mecanismos que deberán implementar para garantizar un acceso y circulación optima de la población escolar, con todo lo que ello implica, desde la limpieza de la institución, la adquisición de los insumos para lo mismo, el establecer la manera en que serán los ingresos de los estudiantes, los horarios, los recesos, las idas al baño, el funcionamiento de la tienda escolar, todo aquello que se vive en las escuelas.
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Sumemos a este panorama el rezago académico que los estudiantes traerán, las conductas que cada uno de ellos asumirá al regresar al aula, pues después de tanto encierro el desborde de emociones que los estudiantes manifestarán será elevado.
Las autoridades educativas deben velar y garantizar por que se disponga de los recursos, las políticas y la infraestructura necesarios para proteger la salud y la seguridad de todo el personal de la escuela. Así mismo la detección y asistencia a los estudiantes, profesores y otros trabajadores de la escuela que estén enfermos debe ser considerada, reconociendo que no todos podrán presentar su estado de salud por las condiciones en las que nos encontramos y esto no debe ser motivo de sanción, entendiendo que cuando los niños no puedan asistir a clase en persona, se debe facilitar que los estudiantes sigan accediendo a las tecnologías y los materiales didácticos para continuar aprendiendo.
El reto es grande sin embrago, con la coordinación de todos los actores educativos, siendo tolerantes, empáticos e inclusivos, con una organización y gestión adecuada se podrá tener un regreso a clases seguro y de mucho éxito a favor de todos los estudiantes.
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