¿Se puede pensar en una reestructura sistémica cuando sus partes, siguen actuando igual?
Por: idLearning en colaboración para Despertar Diario | @idLearning1
Ante la inevitable caída de la matrícula escolar, se puede uno, dar por servido o retirarse tranquilo, cuando los responsables de que un sistema esté atrasado, carente y evidentemente sobrepasado por las demandas actuales tanto laborales como sociales, sigan siendo los mismos, se puede uno ir tranquilo, pensando que todo va a cambiar.
Sí, en efecto, esta entrada ya la habíamos discutido pero las acciones tomadas y realizadas a pesar de estos ya casi 11 meses de cuarentena nos dan la imagen o indicios que, de hecho, nada en las esferas más altas va a cambiar.
Cómo es posible pensar, sugerir o promover la llegada de la vacuna contra el virus como la salvación a la Educación. Cómo se puede engañar al grueso de la población dirigiendo su atención al regreso a salvo a clases, a las escuelas, a la rutina matutina en vez de atacar el problema educativo expuesto gracias a la pandemia.
Una vez más, las acciones y discursos están enfocadas a “resistir” lo más que se pueda hasta que finalmente, lleguemos a las aulas y entonces sí, retomar la Educación
Retomar la Educación.
En otras palabras, el atraso tecnológico, el atraso en formación docente y el atraso en planes y programas, quedará una vez más olvidado, fuera de discusión y oculto al regresar a las clases porque, nos guste o no, pasada la pandemia, nada se hará para mejorar.
Simplemente tomando como ejemplo las actividades realizadas durante la pandemia; se vieron más que evidentes las deficiencias y carencias en teorías, ideas y planes para aminorar el abanico de problemas en el ámbito Educativo / Laboral (laboral refiriendo al Docente y sus sindicatos) que, durante los peores momentos no se pudo rescatar nada. Ahora imaginen que todo – volverá a ser como era antes – entonces, desde ahora lo menciono y vaticino, ya no se tienen ni una urgencia por mejorar.
Se retomará la escuela exactamente donde se dejó. Se regresará a laborar exactamente como se laboraba y se abrazará con gusto una vez más, un sistema que aunque débil, carente, impotente y endeble ante gustos e interés más que nada partidistas o políticos, es el que más a todos les conviene.
El uso de plataformas y recursos digitales quedará “sugerido” y se prometerá y explotará en los discursos de campañas a futuro y para promover, vender e ilusionar con la nueva escuela. Y todo lo que ahora se adolece, será archivado, será analizado y se empezará a desarrollar un nuevo modelo escolar. En unos años, en un futuro, en un nuevo gobierno o mejor dicho, hasta que lamentablemente una nueva crisis mundial nos haga una vez más resguardarnos y nos impida salir.
Ahí, nuevamente se volverá a hablar de La Actualización Escolar.
La Actualidad Escolar.
Simple y sencillamente mencionaré dos situaciones académicas para ilustrar, cómo las grandes mentes y aquellos colosos educativos resolvieron los problemas educativos generados por la pandemia.
1.- El aprovechamiento escolar
Aunque ya se manejaba la idea desde antes, en sistemas educativos como el francés, el reprobar alumnos y mantenerlos en el mismo nivel, genera a largo plazo un gasto mayor en los Sistemas Educativos. Francia lo analizó y sus resultados le llevaron a tomar la decisión.
En nuestra tierra, gracias a la pandemia y al mal manejo, al sistema no se le hizo justo que los alumnos pagaran, fueran víctimas de todos esos cambios de modelos y la orden tacita, no dada, ni autorizada, ni oficial, mucho menos dictada fue: Todos los alumnos deben aprobar.
Porque el sistema no se podía dar el lujo de darlo por perdido y atrasar a miles de alumnos y truncar generaciones completas un año más. Mucho menos si nadie en el mundo puede asegurar si el aislamiento seguirá o no otro o un par de años más.
Entonces, nos guste o no… Todos aprueban.
Claro, nada es gratis. A los alumnos se les regañará, se les llamará la atención, se les dará un discurso que les abra los ojos, se les informará que llevan muchas pero muchas deficiencias y que es su deber “estudiar más”. Un discurso moralista, simplón y que sirva como escudo para el docente, pero sobre todo para su sistema, diciendo: No deberías aprobar la materia, porque te hace falta saber más, pero, confiamos que con el tiempo, tú alumno, tú investigaras por tu parte, analizarás tus deficiencias y tú solito subsanarás esos problemas educativos que te llevas. “Yo tu profesor te advertí”. Pasando a entregar el Visto Bueno y aprobado.
Fin del problema.
Fin del atraso educativo.
Y tanto padres de familia, como alumnos y sindicatos contentos porque… No se hizo lo que se debía, pero sí lo que se pudo; traducción, No más problemas y que todos aprueben.
Continuará la Parte 2…
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