Por: Ricardo Argos.
La elección en Hidalgo y Coahuila del domingo pasado resultó para MORENA su primera derrota electoral tras el 2018, elección en la que llevaron como estandarte y figura principal al actual presidente de la república, sin embargo, dicha derrota nos permite analizar un gran número de situaciones.
Remontemos un poco el tiempo hasta el momento y la forma en la que nació MORENA, de forma natural el movimiento que acompañaba las aspiraciones de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia de la república se fue agrupando y cumpliendo, sin mayor problema, con los trámites legales para que dicho movimiento obtuviera el registro como partido político.
Es decir que de la mano de las aspiraciones del entonces candidato permanente a la presidencia de la república nació un partido político, sin una visión mas que la de llevar el proyecto de Andrés Manuel a la silla presidencial, sin una estructura real, con liderazgos más comprometidos con la figura de una persona y de una meta específica, pero y ya que se logró la meta, ¿Qué pasa con el partido?
Queda claro que MORENA no puede ser considerado un partido político más allá de la formalidad del registro, su estructura no es real, sus liderazgos no tienen la presencia o compromiso que se requiere tener con un instituto político, candidaturas como las de Lily Téllez y un sin número de personalidades como ellas, dejan constancia que utilizaron el movimiento como mero escalón para acceder al poder.
Andrés Manuel ha dado muestras de que no piensa ser un Calles o Lázaro Cárdenas con lo que respecta a su partido político, sin embargo, debería ocuparle que el partido que nació a consecuencia de sus aspiraciones logre mantener una mayoría legislativa que respalde su tan mencionada transformación.
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Debería preocupar a los MORENISTAS la situación que vive su movimiento (partido) debido a que el proceso electoral federal (si no se han dado cuenta) ya inició y los procesos locales están a escasas semanas de dar inicio.
En MORENA se encuentran mucho más preocupados (apenas) por organizarse como partido político para dejar de ser movimiento, sin duda, la disputa por la presidencia nacional de dicho movimiento (partido) deja muy clara la realidad que se vive en todas sus estructuras.
No olvidemos que tanto en Estados como municipios las estructuras de este movimiento (partido) fueron impuestas por cercanos a Andrés Manuel, quienes hoy se encuentran en labores de gobierno o por aquellos liderazgos que tenía el movimiento (partido) en su momento, es decir Yeidckol Polevnsky. Razón suficiente para pensar que será una labor titánica reagruparlas para volver a competir sin motivar fracturas que provoquen derrotas como las del domingo pasado.
Las reacciones de Citlalli Hernández y Martí Batres sobre la Elección en Hidalgo y Coahuila.
La elección en Hidalgo y Coahuila han motivado a que distintos personajes del movimiento (partido) hagan sus propias reflexiones, algunas tan simples y vacías como las de quién presuntamente será su secretaria general, la Senadora con licencia Citlalli Hernández quién a través de su cuenta de Twitter mencionó lo siguiente: “Primera reflexión de la noche: el PAN es el gran perdedor” como si este solo hecho fuera suficiente para justificar su derrota en la elección.
Reflexiones como las de Martí Batres quién al igual a través de su cuenta de Twitter expresara lo siguiente:
“Los resultados en Coahuila e Hidalgo obligan a Morena a recuperar su estrategia original:
-Trabajo de base, a ras de suelo, casa por casa.
-Candidaturas de personalidades conocidas y reconocidas; prestigiadas y queridas por la gente.
-Alianzas”
Dejando claro que candidaturas como las otorgadas a personajes que ahora resultan incómodos son solamente estrategias para captar el voto, sin que ellos representen una ideología afín a la que expresa Morena como partido y que se presume respalda a la 4T
Muñoz Ledo y Mario Delgado.
No menciono las opiniones vertidas por personajes como Mario Delgado o Porfirio Muñoz Ledo porque me parece que están más concentrados en llevar adeptos a su elección como presidente nacional del movimiento (partido) y aunque Mario Delgado hizo presencia en Torreón, esto no abonó mucho para que Morena ganara al menos un distrito y en el caso de Muñoz Ledo fiel a su estilo terminó siendo el más directo y realista de lo que ocurre en el movimiento que aspira a ser partido.
La pregunta que queda en el aire después de los resultados en Coahuila e Hidalgo es sobre ¿Quién podría ser la mejor opción para dirigir el movimiento a nivel nacional? queda claro que lo que le urge al MORENA es alguien que logre convertir el movimiento que llevó a Andrés Manuel a palacio en una organización con una estructura sólida que le permita competir ante cualquier escenario electoral con el candidato que sea y no se requiera de una sola figura o persona para obtener los votos que logró obtener en el 2018.
¿Lograrán organizarse en tan poco tiempo y ya con las elecciones encima, o tan solo intentarán volver a construir candidaturas que lleven votos y se olviden de la construcción del partido?, me parece que el tiempo lo dirá, aunque sea precisamente tiempo, lo que menos tiene Morena en este preciso momento.
¡Es cuanto!
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