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En marzo de 2019 la pandemia por el COVID, sorprendió a la nación obligando a todos a cambiar nuestras formas de convivencia, de comunicación y sobre todo de educación, estableciendo así una digitalización forzada. Esta pandemia hizo que el sistema educativo estableciera una Educación a Distancia sincrónica o asincrónica en donde una gran mayoría no estaba preparada, algunas universidades contaban con plataformas para llevarlo a cabo de manera eficiente, sin embargo, muchas mas no contaban con infraestructura ni con capacitación docente que permitieran brindar una educación a distancia de excelencia.

 

 

Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @YuvaniHernández

 

Las aulas universitarias se vaciaron y se saltó de lo presencial a lo virtual, el gran reto fue replicar una clase física a un entorno no presencial donde el docente siga siendo un facilitador del aprendizaje que permita el desarrollo de profesionales competentes.

 

Los universitarios en su formación académica durante la pandemia, están vivenciado grandes retos en su preparación, la falta de una pedagogía virtual los ha llevado a tener sobrecarga de saberes, atendiendo varias horas a una pantalla digital para recibir una enseñanza en donde hay poca interacción y comunicación que los vuelve pasivos y receptivos.

 

Una realidad educativa que viven los universitarios es la brecha digital con limitaciones en los accesos tecnológicos, ya sea por aspectos económicos o por limitantes creadas por las regiones donde viven provocando rezago académico   en el mejor de los casos, pues otros más han considerado el abandono escolar.

 

La evaluación de saberes universitarios también representa un reto, los docentes, deben replantear sus formas de enseñanza y considerar nuevas metodologías, estrategias e instrumentos que permitan valorar cuantitativa y cualitativamente el desempeño de sus estudiantes.

 

Es necesario resaltar que existen contenidos curriculares que requieren de la proximidad y contacto, que la puesta en marcha de ellos, en la práctica implica aprender por ensayo y error, así mismo, el acompañamiento de los docentes es indispensable para guiar y moderar el aprendizaje, situación que en la educación virtual se ve limitada y que probablemente esté dejando huecos en la formación profesional, entendamos  que muchos saberes fueron diseñados para clases presenciales por lo que aplicarlos de la misma manera en una modalidad virtual ya no resultan funcionales.

 

Formación académica efectiva, para un mundo cambiante.

 

En México la Educación digital ya estaba presente pero se vivía de manera lenta, la pandemia aceleró la transición abriendo un escenario de oportunidades para hacer la inmersión digital de profesores y estudiantes.

 

Académicamente se debe garantizar que los universitarios desarrollen sus habilidades y adquieran un perfil profesional que les permita a futuro incursionar en el mundo laboral, con conocimientos y competencias que respondan a las demandas de la sociedad.

 

La formación universitaria  también deberá atender la parte emocional de los estudiantes, la pandemia, con el distanciamiento social ha causado estrés, ansiedad, depresión e incertidumbre  tanto en alumnos como  en los docentes, las universidades deben replantear su currículo y considerar asignaturas  que permitan fortalecer el manejo de las emociones, los estudiantes se convertirán en profesionales que deberán actuar y tomar decisiones que requieren el despliegue  de determinadas competencias que les permitan ser funcionales.

 

En la actualidad se viven realidades diferentes entre las universidades, ya que  existen  aquellas que están bien consolidadas en la educación virtual y otras  que están en vías, provocando distanciamientos abismales entre los que serán sus egresados, colocando en desventajas  a muchos de ellos, por ello también se debe fomentar la colaboración, la comunicación y la cooperación entre las universidades para crear comunidades de aprendizaje que permitan enriquecer la formación profesional de los universitarios. Así mismo, las entidades federativas deben apoyar universidades públicas para tener los mecanismos necesarios que permitan una educación superior más accesible para todos los mexicanos.

 

Para que la formación académica universitaria sea congruente con las realidades que se viven en este momento, se necesita urgentemente dar formación en competencias digitales a sus profesores, tener infraestructura tecnológica asequible para los estudiantes y replantear el currículo, pues enseñar lo mismo de la misma manera en una educación virtual no es posible.

 

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La vida universitaria continúa, el desarrollo intelectual sigue su curso, todo está en movimiento y a pesar de la incertidumbre la formación académica de los estudiantes debe ser tema prioritario si se busca el desarrollo económico, político cultural y social que permita enfrentar las adversidades cuando la pandemia concluya y vivamos una nueva realidad.

 

 


 

 

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