Enseñanza del arte
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Por: Alejandro Teutli / IG: @alejandroteutlie

 

La enseñanza del arte en las escuelas públicas y privadas en México ha sido una constante llena de buenas intenciones. Pienso en esas clases de flauta que logran provocar aversión en muchos alumnos, aunque podemos mencionar, como una importante excepción, el extraordinario caso (cuasi redentor) del maestro Horacio Franco, quien tuvo su primer contacto con dicho instrumento, justamente, en esas clases de secundaria, y que con el tiempo, se ha llegado a convertir en uno de los flautistas más reconocidos de nuestro tiempo.

 

O qué decir del enfoque de la materia de «artísticas», que en muchos casos se asignaba a profesores o profesoras con un perfil inadecuado, que terminaba por ser una especie de taller de tejido o manualidades que no dejan gratos recuerdos en quienes cursamos la materia como un mero trámite escolar.

 

La educación artística en bachillerato o preparatoria, se imparte en segundo año, y tiene un enfoque centrado en la historia del arte y en algunos procesos prácticos que dan como resultado algunos productos que dependen, o del programa, o de cada profesor.

 


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Aquí surge la pregunta: ¿Cuál es, o debiera, a juicio personal, el propósito de la educación artística en las escuelas de nivel medio y medio superior? La respuesta no es, ni obvia, ni sencilla. Aunque desde un punto de vista utilitario, la educación artística tendría que promover un acercamiento al mundo de la cultura en general, para poder formar personas más sensibles a las diferentes manifestaciones artísticas. En otras palabras, para acercar a las personas a la riqueza cultural que de sobra tenemos en México y, por otro lado, cambiar la visión de que la cultura es elitista y sectaria.

 

Cuando uno intercambia palabras (esto lo expreso desde una experiencia personal) en exposiciones artísticas, o bien, cuando sale a relucir el tema del arte en una conversación, un gran porcentaje de la gente suele referir, más o menos, lo siguiente: «es que en este país no tenemos esa cultura». Lo cual produce una especie de desilusión, teniendo en cuanta de que México, entre otras cosas, ha legado al mundo de la cultura un sin fin de artistas de primer nivel. Escritores (un premio Novel de literatura), pintores, músicos, danzarines, cineastas, escenógrafos, actores, en fin, la lista es nutrida.

 

En definitiva, no podemos darnos el lujo, a estas alturas, de seguir dándole la espalda  a esa riqueza cultural. Los que nos dedicamos a la enseñanza del arte, y no toco acá el caso de la enseñanza a nivel superior (eso es tema aparte), tenemos la responsabilidad de cautivar a las nuevas generaciones, para que adopten como parte de su vida cotidiana el consumir arte en todas sus formas. Que la gente lea, vaya a exposiciones, a obras de teatro, que escuche música en sus más elevadas manifestaciones y que, por encima de todo, lo haga por gusto, enriqueciendo su día a día. ¿Qué se logrará con esto? Una sociedad más sensible, más reflexiva y critica, e incluso, ¿por qué no? más feliz. Suena a utopía, tal vez, pero es necesario, como decía el gran escritor Herman Hesse: «Para lograr lo posible, hay que intentar lo imposible».

 

Enseñanza del arte
Maestro Horacio Franco

 


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4 comentarios en «La enseñanza del arte en México.»

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