Por: Carlos Garber Julián / @Garber_Julian
A una semana de que inicie el ciclo escolar 2020-2021 las aulas en las escuelas se encuentran vacías y se prevé que al menos durante este primer semestre así se mantendrán, sin embargo, los trabajos y preparativos por parte de todos los maestros ya dieron inicio. El magisterio de todos los niveles se encuentra mucho más que inmersos en las labores previas a llegar al “aula virtual” que cada uno adapte para lograr transmitir mucho ánimo y con el dar la bienvenida a sus alumnos.
Sin duda el final del ciclo escolar 2019-2020 y el inicio del 2020-2021 siempre permanecerán en la memoria tanto de maestros, como de los alumnos, no cabe la menor duda que la situación por la que atraviesa el país y el mundo provocada por la Covid-19 ha generado una gran cantidad de cambios en muchos de nosotros y por supuesto, las escuelas no son la excepción.
En cada uno de mis artículos de estos tres meses en los que Despertar Diario me ha dado la oportunidad de publicar mi opinión, he tratado de expresar diversas situaciones reales por las que atraviesan las escuelas, los directivos, los maestros y hasta las autoridades educativas, si bien para nadie ha sido fácil enfrentar la pandemia, no podemos omitir mencionar ciertas realidades educativas que han existido desde antes, pero que ahora son mucho más evidentes y que seguramente seguirán existiendo cuando regresemos a la nueva normalidad.
La polémica en temas educativos.
Entre tanta polémica que se ha desatado fuera de las aulas, por las decisiones de las autoridades educativas, la falta de acción de los sindicatos, las medidas sanitarias que se exigen con nulo apoyo para las escuelas por parte de las autoridades, las cuotas escolares, la televisión con fines educativos, aprende en casa I y II, el magisterio, planeaciones, guías escolares, G-Suites, classroom, Meet, WhatsApp, planes y programas de estudio, vida saludable y por qué no decirlo, hasta la polémica generada por el ingreso docente, pero… ¿alguien se ha detenido a pensar en lo que están viviendo y sintiendo los alumnos?
No se debería olvidar nunca a aquellas personas por las que el trabajo del maestro tiene sentido, ¿qué sería del magisterio sin alumnos? Se han preguntado ¿qué es lo que ellos piensan del programa aprende en casa en su primera edición?, de las medidas sanitarias que son exigidas a sus escuelas, teniendo presente que en su aula hay un exceso de compañeros con los que les gusta convivir, pero que en realidad tienen poco espacio entre ellos para hacer posible una sana distancia, o ¿qué opinan del anuncio que se hizo acerca de que en la televisión podrían mirar al mejor maestro? y será la forma en la que aprenderán a partir del 24 de agosto, aunque este último punto desde mi punto de vista sigue siendo muy polémico e irreal, dejare la discusión del mismo para otro momento.
Las aulas sin alumnos.
Lo que quisiera destacar en esta ocasión es la importancia del alumno y mi preocupación por ellos, no debemos perder de vista que la naturaleza del alumno sea del nivel que sea es la de explorar e interactuar con sus iguales, la gran mayoría de ellos están acostumbrados a una educación presencial, aquella en la que tratan de poner atención a la clase que el docente tiene preparada y con el apoyo de las diversas actividades van formando su conocimiento, pero la importancia y seriedad que cada alumno le da a su presencia en un aula, no le quita la oportunidad de interactuar con sus compañeros, ya sea comentando algo de la clase, jugando al mismo tiempo que tratan de no ser descubiertos por el maestro, incluso algunos esperando el receso o el recreo para comentar con su mejor amigo o amiga, la última actualización de su vida.
Pues sí, todo esto y más es parte de la vida de un alumno, el acudir a la escuela no se trata solamente de entrar en las aulas y tomar clase, es todo un entorno que ellos mismos crean, su círculo de amistades se van formando de acuerdo a sus gustos personales y la empatía que siente con algún compañero o compañera, contrario a lo que se podría pensar por la conectividad que existe hoy día y el uso de las redes sociales, tristemente todo este contacto físico ha sido arrebatado de un momento a otro por la pandemia, el gusto y emoción que sentían al inicio de cada ciclo escolar por estrenar mochila, útiles y quizá hasta uniformes, en esta ocasión no la vivirán, al contrario, ahora deberán mentalizarse para hacer de un pequeño espacio de su casa, su aula.
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En fin, la realidad es que el docente como siempre lo ha hecho, dará la cara por la educación del país, lo único que me atrevería a solicitar es que se detengan un momento a pensar en los alumnos, y sé que me dirán que siempre piensan en ellos, pero me refiero a pensar en lo que ellos sienten después de cinco meses de estar en casa.
Nadie pidió estar en esta situación, es difícil para todos sin duda, pero el alumno requiere ser escuchado, el alumno requiere ser atendido, requiere de esa interacción con sus compañeros para sentirse en ese ambiente escolar, el alumno necesita vivir esa adrenalina de trasladarse de la casa a su escuela para llegar a tiempo, en todo eso se debe pensar, quizá lo menos que le motive al alumno en este momento será tomar clases en casa o frente a un televisor, sin embargo, es responsabilidad de todos hacerles ver que esta medida es la mejor, al menos por cuestiones de salud.
Enorme desafío tendrá el magisterio para lograr motivar al alumno en este nuevo ciclo escolar y trabajar fuera de las aulas. Se ha hablado mucho sobre las habilidades socioemocionales, es el momento de preocuparnos en serio por ese aspecto emocional del estudiante y tratar de ser lo más empáticos que se pueda con ellos.
En fin, que haya suerte para todos y les deseo el mayor de los éxitos en este regreso a clases fuera de las aulas en las escuelas.