El Nido. ✨

Portada: “El nido”, vista de instalación.

“Un hombre es la suma de sus actos, de los que ha hecho y de los que puede hacer”.

André Malraux (La condición humana).

Por: Alejandro Teutli | @alejandroteutlie

La pieza de instalación “El Nido”, sin proponérselo de inicio, se conforma y cobra vida partiendo de un lugar común: un nido, que no es sino un núcleo gestor de donde se parte, desde sus entrañas al exterior. Un nido es una “cavidad natural o construcción que utilizan especies animales como refugio para vivir, reproducirse o alimentar a sus crías”. Desde luego, los seres humanos no “anidamos” de la forma en la que otras especies lo hacen, aunque compartimos un centro neurálgico formativo (el hogar-familia) desde que nacemos y no podemos valernos por nuestra cuenta, hasta alcanzar, en la mayoría de los casos, la edad adulta.

Caso particular es el de las arañas, que anidan y esperan que sus presas caigan en las telas que tejen, para atraparlas y comerlas o, como en muchos casos, envolverlas con el hilo arácnido y conservarlas para después. Y qué decir de su ritual de apareamiento, donde en muchas ocasiones el macho es devorado por la hembra cuando dicho acto se consuma, y, en otros casos, como se observa con algunas especies, cuando las crías nacen, devoran a su madre. ¿Podría pensarse en algunas analogías con lo dicho de las arañas en relación con la conducta humana?

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“El Nido”, es una reflexión de nuestra condición y situación actual, donde, de alguna forma, nos encerramos (confinamos), casi obligados, a nuestro núcleo medular, a ese nido que es nuestro hogar. Esto hace que la condición humana, es decir, nuestra condición, cambie y generemos nuevas formas de interrelacionarnos y de pensarnos a nosotros mismos, dando como resultado una reflexión profunda a cerca de nuestra existencia y nuestro papel en el mundo. Lo anterior se da, no sin provocar una sensación de incertidumbre, mientras vemos como el habitar el mundo, hoy, se transforma, generando símbolos inteligibles que nos representan como especie, y no siempre, por desgracia, de la mejor forma.

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