La diversidad de estudiantes que asisten a las escuelas, obliga a los profesionales de la educación a replantear su práctica pedagógica para valorar su relevancia y pertinencia a favor de la eliminación de Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP), con la finalidad de ofrecer una educación Inclusiva. Es fundamental reconocer que todas las niñas, niños y adolescentes tienen los mismos derechos, sin discriminación alguna, por lo que se debe buscar generar igualdad de oportunidades para todos.
Por: Mtra. Yuvani Hernández Enríquez | @YuvaniHernández
La educación inclusiva deberá reconocer las necesidades, intereses, características, estilos y ritmos de aprendizaje de los alumnos para generar así el cumplimiento del artículo 3ro constitucional que permita una educación de calidad con equidad ya sea en la equidad en el acceso, equidad en los recursos y en la calidad de los procesos o equidad en los resultados de aprendizaje.
La inclusión se basa en la valoración de la diversidad, adaptando el sistema para responder de manera adecuada a las necesidades de todos y cada uno de los alumnos. Busca asegurar la equidad y la calidad en la educación, considerando a todos los alumnos sin importar sus características, necesidades, intereses, capacidades, habilidades y estilos de aprendizaje. También busca eliminar todas las prácticas de discriminación, exclusión y segregación dentro de la escuela al promover el aprendizaje de todo el alumnado (SEP, 2018).
Resulta de vital importancia que el directivo junto a su colectivo docente conozca a sus estudiantes y el contexto en el que se desenvuelven, un diagnóstico eficiente permite tomar decisiones congruentes con las necesidades de los pupilos y así puedan encontrar la mejor manera de desarrollar en ellos el máximo potencial.
Las escuelas son las que se adecuan a los intereses y necesidades de los estudiantes, tradicionalmente son los alumnos quienes tienen que encajar en el sistema, poniéndolos en desventaja con el resto de sus compañeros, por ello, la escuela es quien aplica y fomenta el aprecio por la diversidad, ofreciendo al alumnado y a toda la comunidad escolar oportunidades para aprender a relacionarse con respeto a la diferencia y a valorar a todos por igual lo que lleva a eliminar prácticas discriminatorias.
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Para que una escuela sea inclusiva aseguran el trabajo en equipo de todos los integrantes de la comunidad educativa mediante corresponsabilidad, coplaneación, coenseñanza y coevaluación. Conocen sus fortalezas y áreas de oportunidad y trabajan en colectivo para eliminar cualquier BAP. Planean juntos y toman decisiones que involucren a la comunidad escolar, permiten la participación de los padres de familia y gestionan los apoyos necesarios que permitan brindar una educación de excelencia donde el alumno y su aprendizaje se encuentren al centro del proceso educativo.
Por su parte, los docentes deben aplicar ajustes razonables a su planeación didáctica, es decir, realizar las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas, cuando se requieran en un caso particular, para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás. Los ajustes razonables se relacionan con la identificación oportuna de las necesidades de los alumnos, las prioridades y las posibilidades de mejora en la escuela.
Planear de manera rigurosa, poco flexible y sin considerar la diversidad de estudiantes pone en desventaja a muchos estudiantes, el proceso de enseñanza y aprendizaje es un acto activo, con estilos y ritmos diferentes, no todos aprenden igual ni a la misma velocidad, se viven tiempos diferentes, las necesidades cambian, los alumnos también y enseñar de la manera tradicional sin reconocer las diferencias hace que se sigan teniendo sociedades poco empáticas y tolerantes.
La educación inclusiva le corresponde a todos, eliminemos barreras, apliquemos la colaboración, reconozcamos la diversidad y trabajemos en ella, solo así se podrá tener una sociedad más justa y empática que permita el desarrollo óptimo, integral de los estudiantes.
Comunidad, escuela y autoridades educativas nacionales deberán trabajar juntos si se desea brindar una educación inclusiva autentica.
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