Cuando la educación de los adultos comienza a surgir, la pedagogía era el único modelo a seguir y se enseñaba a los adultos como niños, ignorando totalmente que los primeros, poseen ya un cumulo de experiencias, lo cual es un recurso de valía para sí y para los demás.
Por: Alejandro Saucedo Hernández | @AlexSaucedo
Dentro de la dinámica social de un territorio determinado, existen diversas fuentes que convergen para que exista, crecimiento y anhelos de desarrollo. Si bien, las políticas públicas abonan a que existan las condiciones necesarias y pertinentes para que se pueda gestionar un desarrollo social, lo cierto es que muchas ocasiones es necesario crecer de forma individual, enfocado a lo que el contexto requiere y lo que la prospectiva indica.
Me trataré de explicar de mejor forma. Mujeres y hombres a través del tiempo han buscado conocer e interpretar su entorno, descubrir aquellos enigmas que desentraña la misma existencia; en otras palabras, buscamos una respuesta a la pregunta de la realidad.
De esta forma, en nuestros primeros pasos por estas latitudes, se ofreció una explicación sobrenatural, mágica y después religiosa, al mismo tiempo una explicación filosófica, lógica y posteriormente científica; en la que converge la aplicación de métodos para su verificación y demostración; es así que llegamos a la sociedad del conocimiento, y con ella el avance científico y la ventana a grandes conocimientos tanto endógenos como exógenos; tal vez, el concepto más tangible de lo que es la globalización.
Chronos ha aumentado la velocidad y nos va llevado por grandes avances y la educación no es una excepción, recordemos solo las teorías de la educación bancaria o cómo se concebían en el medioevo, cuando enseñar se asemejaba a hacer un agujero en la cabeza del estudiante y rellenar conocimientos con un embudo.
Aunque nos cause gracia y tal vez sorpresa, quienes estamos involucrados en la acción educativa sabemos que fue cierto y que muchas de esas prácticas se suelen estilar en estos tiempos de la era de la comunicación y el conocimiento.
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Aunque los programas y diversas políticas públicas nos induzcan por el camino de la transversalidad y una educación holista; muchos de nosotros no entendemos la complejidad, (y a la vez la utilidad) de esta acción educativa. Y precisamente el Educare, cuyo significado en latín es el de estimular el libre pensamiento, poco de esto se ha podido llevar a la práctica, pues repetimos lo que somos y lo que aprendimos a ser como docentes.
Por otro lado, la gran mayoría de autores definen a la pedagogía como el arte y ciencia de educar a los niños y por lo regular la globalizamos y expresamos que la pedagogía es sinónimo de enseñanza de forma general, y en este sentido estamos equivocados, pues este modelo no es el único para estimular el conocimiento.
De forma breve, (y aquí es dónde me lloverán críticas de docentes más instruidos que este servidor pero lo tengo que expresar) la pedagogía se centra en el docente, y no en el alumno, pues es el docente el que planea, define, con base en lo “establecido” en las políticas públicas educativas y gestiona los tiempos para su aplicación, evaluado por un ente administrativo el cual requiere cantidades de generaciones instruidas, más que generaciones de estudiantes educados, es por ello que el modelo centrado en el alumno, choca drásticamente con la pedagogía, pues esta no está pensada para ser autogestora, ni participativa, ni colaborativa; razón por la cual los compañeros docentes de educación básica se dan de topes en la pared, tratando de descubrir el hilo negro de la pedagogía postmoderna.
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Cuando como adultos no hemos entendido el poder de la autogestión del conocimiento, aspectos que muchos filósofos de la antigüedad conocían y practicaban en donde el proceso de aprendizaje se basa en una búsqueda activa más que en una recepción pasiva de conocimientos generales que tal vez ni me sirvan en la vida, porque mi “maestro” (sic) tampoco las entiende, pero no por él, sino por un sistema que así quiere que sea.
Por otro lado, el aprender implica un proceso de transito de conocimientos de la memoria fugaz a la memoria a largo plazo, potenciándolo con un proceso activo, pues por su parte el pasivo no estimula aquellas funciones cerebrales superiores, y esto no es nada complicado, solo se trata de observar, escuchar y después llevarlo a la práctica a nuestro modo, e irlo perfeccionando poco a poco.
Es decir, una enseñanza para la comprensión, pues al usarla como respuesta a un desafío en particular, se llega mucho mejor a la comprensión de un fenómeno y por tanto a su análisis y solución. Sí desde el principio, nos planteamos una serie de cuestionamientos, como: ¿Qué quiero que aprendan los estudiantes?, ¿Cómo me aseguro de que lo comprendan?, y lo implementamos a una acción generadora, se estará moviendo del proceso de enseñanza centrado en el docente a uno centrado en el alumno.
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De esta manera, cuando la educación de los adultos comienza a surgir, la pedagogía era el único modelo a seguir y se enseñaba a los adultos como niños, ignorando totalmente que los primeros, poseen ya un cumulo de experiencias, lo cual es un recurso de valía para sí y para los demás; de ahí se busca una forma de expresar un modelo que pueda estar a la altura de estos procesos, siendo Kapp quien introduzca el término de Andragogía, cuyo significado se basa en el arte y ciencia de ayudar a los adultos a aprender.
Originado en ese momento que Knowles, desarrolla su teoría de la educación de adultos, especificando que esta comunidad educativa, estará preparada para aprender, cuando sientan la necesidad de conocer o de hacer algo para mejorar su desempeño, por lo que su teoría implica una serie de principios:
- Los adultos son independientes y eligen su camino
- Han acumulado gran cantidad de experiencia, algo muy valioso para el aprendizaje.
- Valoran la enseñanza que se integra con las de mandas de su actividad diaria.
- Les interesa un enfoque orientado a problemas más que centrado en aspectos teóricos.
- Están más motivados a aprender por impulsos internos que por estímulos externos.
A partir de lo anterior se concluye que una educación con enfoque andragógico se centra en los conocimientos que constituyen la esencia del tema, dejando de lado los complementarios y combina la educación con preguntas para hacer reflexionar acerca de los conocimientos transmitidos. Así, la pedagogía tiene poco campo de acción en la enseñanza de los adultos, pero la andragogía se basa en un modelo más participativo y social; pero entonces, ¿Qué será la Heutagogía?, eso lo veremos en otra oportunidad.
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